El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego anunció que a partir del próximo año el Servicio Nacional de Sanidad Agraria – SENASA desarrollará acciones estratégicas para la prevención de la sarna en vicuñas.
Este importante acuerdo se determinó durante la ‘Mesa técnica para combatir la sarna en vicuñas’, desarrollada en Pampa Galeras, región Ayacucho. La actividad oficial contó con la participación del viceministro de Desarrollo de la Agricultura Familiar e Infraestructura Agraria y Riego, José Muro, jefe nacional del SENASA, Miguel Quevedo y el Gobernador Regional de Ayacucho, Carlos Rúa; entre otros representantes de SERNANP, SERFOR, Dirección de camélidos y comunidades campesinas de Lucanas.
Para la atención de esta problemática, se realizará una evaluación epidemiológica a nivel nacional a fin de determinar la prevalencia de la sarna en los camélidos sudamericanos; y además, se gestionará un programa de control de esta enfermedad en 10 regiones del país.
Según el CENAGRO 2012, la mayor población de vicuñas se encuentra en las regiones de Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cusco, Huancavelica, Ica, Junín, Lima, Moquegua, Pasco y Puno.
Acciones estratégicas
Durante este año, el SENASA ha venido reforzando la atención sanitaria de vicuñas a través de los chaccus, espacios en los que se han venido evaluando la condición clínica de las vicuñas y determinando un tratamiento oportuno. Durante la intervención, también se aplican antiparasitarios y se capacita a los productores para la implementación de medidas de prevención.
Mediante esta jornada integrada se ha previsto continuar desarrollando jornadas de atención en las comunidades altoandinas de Ayacucho, previa coordinación con las autoridades locales y aprovechando los chaccus que se organizan periódicamente.
La sarna es una enfermedad parasitaria externa producida principalmente por el ácaro Sarcoptes scabiei. Afecta a los camélidos sudamericanos domésticos y silvestres, sin distinción de edad y sexo.
Los signos clínicos son: inflamación y enrojecimiento de la piel, formación de costras quebradizas y dolorosas, caída de pelo y picazón intensa. Todo esto se debe a una reacción inflamatoria del animal, producto de la alimentación del ácaro, así como el contacto con su saliva y heces.