Con el propósito de preservar el estatus sanitario de la ganadería familiar en la región iqueña, el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego a través del SENASA, emitió en lo que va del año 3 439 Certificados Sanitarios de Tránsito Interno (CSTI), a los comerciantes de ganado y transportistas en la región Ica – Perú.
A través de estos pases sanitarios, se han movilizado un total de 237 424 animales de producción (9 289 bovinos, 549 equinos, 9 601 ovinos, 215 827 porcinos y 2 158 caprinos), destinados a los principales mercados nacionales de Lima y Arequipa – Perú.
El Certificado Sanitario de Tránsito Interno que regula el Senasa, es un documento indispensable para garantizar la condición sanitaria de los animales movilizados fuera de su lugar de origen.
Asimismo, garantiza la rastreabilidad de los animales para las acciones zoosanitarias correspondientes en caso de manifestarse alguna enfermedad priorizada como, carbunco, ántrax, peste porcina y otras.
El trámite del documento se realiza en las oficinas del SENASA, cuyo proceso empieza con una solicitud dirigida al jefe de Área de Sanidad Animal, previo pago en el Banco de la Nación por derecho de trámite.
En la solicitud se debe indicar información necesaria para el sistema de control zoosanitario, según el tipo de ganado a movilizar.
Tras la conformidad de la documentación, se procede a la inspección sanitaria de la mercancía pecuaria y la desinfección de los vehículos, para concluir con la entrega del CSTI correspondiente.
PUESTO DE CONTROL
Al cierre del 2022, se proyecta instalar un puesto de control, que estará situado en la Unidad de Peaje en Nazca, donde los especialistas desarrollarán operativos de control a los vehículos con ganado bovino, porcino, ovino, equino y caprino que ingresa a la región.
Así mismo solicitarán a los transportistas y comerciantes, el Certificado Sanitario de Tránsito Interno (CSTI) con el propósito de verificar el cumplimiento de la normatividad sanitaria vigente para la movilización de ganado y detección temprana de enfermedades pueden poner en riesgo la sanidad y la producción pecuaria.