Recuperan a la Cabra Catalana Considerada Extinta en España

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La asociación Slow Food de las Terres de Lleida ha recuperado en Sant Salvador de Toló (Pallars Jussà) un rebaño de cabras de una variedad que se había dado por extinguida el 2005. Se trata de la conocida como cabra catalana, una raza autóctona y ancestral que se había extendido de forma amplia en las comarcas de Lleida hasta mediados del siglo XX. Después de adquirir un rebaño de 22 ejemplares, Slow Food quiere mantener y garantizar la continuidad de esta especie. Por eso, próximamente presentarán una iniciativa para apadrinar una de estas cabras con el fin de percibir en el futuro sus productos derivados como el queso.

La cabra catalana que se había dado por extinguida por la comunidad científica hasta el 2005 todavía está presente en las comarcas de Lleida. Así lo ha conseguido confirmar Slow Food Terres de Lleida después de contactar con un pastor de Sant Salvador de Toló, que ha conservado un rebaño de esta especie durante años. Se trata de Ton Pellisser, que explica que ha mantenido el rebaño de su familia hasta la actualidad y nunca ha mezclado especies, de forma que ha conseguido garantizar al cien por cien esta variedad de cabra.

En total, Ton conservaba en su explotación del Pallars Jussà una cuarentena de ejemplares de esta cabra y Slow Food ha adquirido 22 para iniciar un proyecto de conservación y reproducción de la especie. A principios de abril, miembros de la asociación y el pastor que ahora se hará cargo de estas reses se desplazaron a Sant Salvador de Toló para iniciar el traslado de las cabras a un establo situado en Vilanova de Meià (Noguera).

Tal como explica el miembro de Slow Food, Gerard Batalla, »a partir de ahora empieza una fase muy delicada» para que los animales se adapten a las nuevas condiciones de la granja, puesto que hasta ahora había sido una cabra básicamente de pasto. Después de la adaptación está previsto iniciar un proceso de cría y selección para garantizar la viabilidad de esta raza en el futuro.

No obstante, Batalla remarca que quieren seleccionar siempre las mejores cabras para estudiar cuáles son las propiedades de su leche y también sus aptitudes de gestión forestal de la zona del Montsec. De hecho, en esta cordillera es donde Slow Food cree que se ha quedado »recluida» la cabra catalana, pero antiguamente la especie estaba presente desde el Valle de Arán hasta la Plana de Lleida y también en algunas comarcas de la demarcación de Barcelona.

Cuando se dio por extinguida la cabra catalana no se le había hecho nunca ninguna prueba de ADN, puesto que no se tiene constancia de su presencia desde mediados del siglo XX. Por eso, no se ha podido confirmar por esta vía científica que el rebaño de Sant Salvador de Toló sea de la misma especie.

De todas formas, está convencido de que es la misma especie porque se ha comprobado a través de la bibliografía que narra las características de esta cabra y también gracias a las fotos que se conservan del pasado. La cabra catalana es muy rústica, de grandes dimensiones y cuenta con un braguero corto. Tiene la cornamenta mirando hacia atrás y las orejas caídas.

El proyecto de recuperación de la cabra catalana cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Medio ambiente, pero para poderlo sacar adelante sus impulsores han previsto poner en marcha una campaña de apadrinamento de los ejemplares para conseguir más financiación.

La idea es que las personas que quieran apadrinar una cabra catalana puedan empezar a disfrutar depués de un año de sus productos como el queso. Todo ello se presentará en el marco de unas jornadas que tendrán lugar el próximo día 30 de abril en Vilanova de Meià, donde después de unas ponencias que girarán alrededor de la especie se hará una visita al corral donde está el rebaño.

 

 

 

Fuente: El Debat

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