A mediados de Julio de este año se generó un brote de fiebre aftosa que afectó al sector ganadero del país. Aquí detallaremos lo sucedido, sus consecuencias y los aprendizajes que quedaron de esta pequeña crisis.
Fiebre Aftosa
La fiebre Aftosa es una enfermedad contagiosa que afecta a reses y otros animales como cerdos y cabras. La enfermedad perjudica únicamente al animal, generando ampollas en sus partes corporales como hocicos y ubres, por lo que pueden sentir gran dolor, perder el apetito y bajar su producción. La enfermedad es altamente contagiosa, por lo cual todos los animales enfermos deben ser sacrificados para evitar un esparcimiento de ésta. La forma de prevenirla es por medio de jornadas de vacunación las cuales son financiadas por entidades gubernamentales que usan fondos generados por los mismos ganaderos, y se destinan a prevenir problemas como éste e incentivar el desarrollo.
Lo sucedido en Colombia:
A principios y mediados de julio pasado, se identificaron cuatro brotes de fiebre aftosa, dos en la frontera con Venezuela, y dos en Cundinamarca. La noticia llegó como sorpresa al Gobierno y a las instituciones pertenecientes al sector lechero, ya que 6 meses atrás se realizó un muestreo que validó a Colombia como país libre de fiebre aftosa. Como primera medida, se ordenó sacrificar y enterrar a todos los animales afectados, y 13 municipios pertenecientes a 5 municipios entraron en cuarentena. Debido a lo altamente contagiosa que es la enfermedad, se temió que el brote se expandiera a todo el país, lo que hubiera generado pérdidas millonarias tanto para el sector como para campesinos y demás ciudadanos dedicados a la ganadería. A mediados de agosto, el director de Instituto Colombiano Agropecuario ICA informó que el brote había sido erradicado y que ya no se tenía presencia de la fiebre aftosa en el país, pero la alerta continúa y las alarmas siguen encendidas.
Consecuencias:
Como consecuencia del brote, varios países como Ecuador, Panamá, Rusia, Chile y otros, cancelaron la importación de todos los productos derivados de la ganadería en Colombia, dejando pérdidas en el sector ganadero por más de 160.000 millones de pesos, según Camilo Rubiano, especialista en políticas públicas y analista del sector ganadero. Además, al país se le retiró la certificación libre de aftosa, lo cual probablemente afectará negativamente las exportaciones y reducirá la confianza en una gran cantidad de mercados.
¿Culpa de Venezuela, o culpa del gobierno colombiano?:
Un mes luego de la aparición del brote, el Centro Panamericano de la Fiebre Aftosa confirmó que el virus tiene origen en Venezuela, único país de la región sin certificación libre de aftosa. Esto quiere decir que el problema se generó por el contrabando de ganado entre ambos países y la falta de control en la frontera para evitar esto. Sin embargo, el problema también se puede ver desde un ángulo más profundo generado por la disputa de dos entidades colombianas, Fedegan y el Ministerio de Agricultura.
Las jornadas de vacunación en el país se subsidiaban por el Fondo Nacional del Ganado que estaba a cargo de Fedegan, en cabeza de Jose Felix Lafaurie. Este fondo movía más de 100.000 millones de pesos, y el Ministro de Agricultura decidió retirárselo a Fedegan acusándolo de malos manejos de los recursos económicos. Ahora bien, después de lo sucedido Fedegan acusa al Ministerio de Agricultura por el mal manejo que le dio al fondo, evidenciado en jornadas de vacunación inefectivas que derivaron en el brote ya explicado.
Finalmente, quedan varias preguntas en el aire después de un brote que pudo haber sido trágico. ¿Quién responderá por los animales sacrificados? ¿Qué pasará con las exportaciones del sector en el corto plazo? ¿De quién es la responsabilidad de lo sucedido? Y finalmente ¿Fedegan tenía la razón, y el fondo debe ser devuelto a su administración?