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Puná, una Isla Ecuatoriana con alta Diversidad Genética de Ganado Criollo

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La diversidad hallada supera los índices reportados en la literatura científica del ganado criollo de Iberoamérica, de la zona de Loja (Ecuador), de la amazonia ecuatoriana y en razas autóctonas españolas.

Sin embargo, ese potencial podría estar en riesgo de perderse debido a los cruces indiscriminados que algunos habitantes de la isla están empezando a hacer con razas especializadas, afirma Lauden Geobakg Rizzo Zamora, candidato a doctor en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.) Sede Palmira.

“Algunos productores, buscando beneficios económicos, han empezado a introducir razas como el Brahman y han permitido que la reproducción entre ese ganado y el criollo se dé al azar. No saben del potencial que tienen los bovinos criollos”, advierte el experto.

En la isla ecuatoriana, el bovino criollo tiene un promedio de 8.18 alelos por locus lugar que ocupa un marcador o un gen dentro de un cromosoma, cifra que evidencia una alta diversidad interracial. Tal característica es fuente de adaptación a condiciones adversas y oportunidades productivas.

Los bovinos criollos descendientes de los traídos en el periodo colonial que no han sido cruzados en gran medida con razas especializadas no dependen de grandes extensiones de pasto, pues se alimentan de semillas y del follaje de árboles jóvenes de especies como el samán, el ceibo y el algarrobo, entre otra vegetación de bosque seco que está disponible sin necesidad de cultivarla.

Según el doctorando, existen grandes posibilidades de conservar y potenciar las características del ganado criollo de esta isla, gracias a la alta diversidad identificada.

“Cuando hay baja diversidad se puede producir endogamia —reproducción entre padres estrechamente relacionados genéticamente, que conlleva a aumentar la probabilidad de aparición de enfermedades genéticas, menor fertilidad, baja resistencia a cambios de condiciones ambientales y poco margen para la conservación del potencial genético.”, destaca.

La investigación, realizada en convenio con la Universidad Técnica Estatal de Quevedo, de Ecuador, fue dirigida por el profesor Jaime Eduardo Muñoz y codirigida por la docente Luz Ángela Álvarez, ambos de la U.N. Sede Palmira.

Conservar para enfrentar la vulnerabilidad

Según el investigador, en los 919 km² que tiene la isla (área similar a la del municipio de Tuluá, en el Valle del Cauca) habitan alrededor de 7.200 personas y hay entre 4.000 y 5.000 cabezas de ganado criollo, utilizadas solamente para la producción de carne. Las unidades productivas ganaderas allí, se encuentran junto a los reservorios de agua, debido a que no existen ríos naturales.

Para la investigación se trabajó con cuatro comunidades: Cauchiche, Campo Alegre, Río Hondo y Aguas Piedras. Inicialmente, se realizó un análisis socioeconómico en el que se consultó el acceso a servicios básicos, el número de hijos y la edad de los productores.

“En estas comunidades, con altos niveles de pobreza, la ganadería representa una de sus principales fuentes de ingresos y alimentación. Las familias tienen entre uno y dos hijos que cuando crecen migran hacia otras partes del país, por lo que no hay relevo generacional, además la edad promedio de los productores supera los 58 años”, detalla el doctorando Rizzo.

A partir de este marco socioeconómico, se considera que ante una hipotética pérdida de diversidad genética y de características de resistencia de su ganado criollo, se podría poner en riesgo la seguridad alimentaria de la comunidad.

Después del análisis se trabajó con 100 bovinos en una caracterización morfológica y faneróptica. Se tomaron medidas de altura, diámetro (ancho), longitud; el ancho y largo de la cabeza; y se observó el color del pelo. “Estos animales son homogéneos, es decir, son muy similares entre sí, lo que indica que el ganado criollo de la isla no ha atravesado por procesos de cruzamiento relevantes”, subraya el investigador Rizzo.

A su vez, se tomaron muestras de sangre para la caracterización genética, a las cuales se les hizo extracción de ADN y estudios con microsatélites técnica empleada para determinar la diversidad genética.

A partir del estudio, el doctorando Rizzo proyecta presentar al Gobierno de Ecuador un programa de conservación para la isla, buscando garantizar la protección de la diversidad del ganado criollo y evaluar posibilidades de cruzamientos controlados con razas latinoamericanas y algunas especializadas, bajo protocolos y condiciones controladas.

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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