La leche es una fuente «indiscutible» de nutrientes esenciales, tanto en adultos como en niños, según recuerda el informe ‘Compendio de las dudas más frecuentes sobre productos lácteos recogidas en las consultas médicas’, elaborado por la Federación Española de Industrias Lácteas (FeNIL) y que ha contado con la colaboración de expertos del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad Complutense de Madrid.
De hecho, recalca , la leche es un alimento valioso desde el punto de vista nutricional, ya que es una fuente de nutrientes esenciales. En concreto,informa de que proporciona más del 50 por ciento de las recomendaciones diarias de calcio y más del 25 por ciento de la vitamina A, B12 y fósforo 6, además de proteínas de alto valor biológico (caseína y proteínas séricas.
«La creciente preocupación que existe en la sociedad actual por llevar una vida saludable conduce, en muchas ocasiones, a seguir dietas poco recomendables o a dejar de consumir determinados productos sobre los que pesan mitos, como que se trata de alimentos que engordan, provocan molestias o que sólo son necesarios en determinadas etapas de la vida», señala el documento.
Por ello, el trabajo explica que la leche materna humana es el alimento ideal para el lactante de forma exclusiva durante los primeros seis meses de vida y, acompañada de una alimentación complementaria adecuada, hasta que el niño cumpla al menos dos años.
Sin embargo, avisa de que esto «no significa» que se pueda dejar de tomar leche después de los dos años sin que perjudique la alimentación, ya que su consumo es necesario en todas las etapas de la vida por el aporte de calcio.
DIFERENCIAS ENTRE ALERGIA E INTOLERANCIA
Por otra parte, el documento aclara también las diferencias entre la alergia y la intolerancia a la leche. En este sentido, explica que la alergia a la leche de vaca, provocada por la proteína que contiene, sólo afecta a los bebés y casi el 70 por ciento de los afectados consiguen tolerarla antes de los dos años. A partir de esta edad, «apenas» se dan casos de alergia a la leche.
No obstante, la intolerancia a la lactosa se manifiesta durante el proceso digestivo cuando se consume leche y, aunque puede darse en cualquier edad, se desarrolla habitualmente a partir de los cinco años.
Y es que, las personas con intolerancia a la lactosa, contrariamente a lo que se cree, sí que pueden consumir determinados productos lácteos, como el queso curado o semicurado, ya que carecen o tienen muy poca cantidad de lactosa. Lo mismo ocurre con el yogur y otras leches fermentadas, que contienen menos cantidad de lactosa que la leche.
Sobre la posibilidad de intentar sustituir el consumo de leche por bebidas de soja o de almendra, los expertos aseguran ni la bebida de almendras ni la de soja contienen los nutrientes esenciales que proporciona la leche de vaca al organismo.
La diferencia radica en que la bebida de soja proviene de una fuente vegetal y, aunque la cantidad de proteínas es similar en ambos productos, su calidad es diferente: la bebida de soja carece de las vitaminas y los minerales que sí contiene la leche de vaca.
«Sólo determinadas bebidas de soja están enriquecidas con vitaminas, sobre todo A y D, y calcio. La bebida de almendras tampoco contiene los mismos nutrientes que la leche de vaca y además aporta más calorías por ración, destacan los expertos en este documento», zanjan.