Evite la Indigestión Ruminal en Bovinos

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Es causada por alimentos de difícil digestión o por alteraciones en la motilidad ruminal normal. La gran mayoría de los casos empieza por una indigestión ruminal. Se le ha concedido poca atención desde el punto de vista diagnóstico, ya que la alimentación actual orientada a una alta producción, implica proporcionar grandes cantidades de carbohidratos, forrajes con alto contenido de fibra y grandes cantidades de granos.

Es frecuente que estos últimos se almacenen en lugares húmedos, provocando que crezcan hongos productores de micotoxinas, las cuales tienen principios tóxicos que provocan indigestión al ser consumidos. Se ha visto que, en nuestro país, los graneros no cumplen con la norma de tener 12% de humedad como máximo (es frecuente observar porcentajes de humedad entre 15 y 18%).

Desde luego, el aspecto económico es preponderante, ya que este padecimiento difícilmente se presenta en individuos aislados, sino que es un problema de hato. Por ello, es necesario hacer comprender a los ganaderos la importancia de vigilar constantemente la calidad de los insumos, tipo, tiempo y orden de mezclado; así como la adición de elementos amortiguadores de pH, levaduras de sobrepaso y aditivos nutricionales o promotores de crecimiento.

Epidemiología de  Impactación ruminal

Los animales con mayor riesgo cuando están sujetos a alta productividad en estabulación total son: bovinos, ovinos, caprinos y ciervos. Las causas más comunes son:

  • Raciones con altos niveles de granos, combinadas con niveles insuficientes de fibra.
  • Tamaño de la partícula de fibra menor a una pulgada de largo.
  • Orden equivocado al suministrar los alimentos,
  • Alimento mal revuelto, entre otras. Lo anterior es consecuencia de la falta de asesoría profesional a los ganaderos.

La impactación ruminal en explotaciones intensivas ocurre con mayor frecuencia cuando hay variaciones importantes en el porcentaje de granos, asimismo, cuando la alimentación se ofrece a libre acceso, ya que los animales dominantes consumen mayores cantidades de alimento. Las variaciones climáticas bruscas con bajas en la temperatura ambiental ocasionan marcado incremento de la ingesta incluidos los granos en hatos alimentados a libre acceso, lo que predispone a la afección.

La morbilidad es muy variable, ya que depende del tipo de error en la ración; oscila entre 10 y 50%. La mortalidad puede llegar al 90% en los casos no diagnosticados y, por lo tanto, no tratados. En cambio, en los casos diagnosticados clínicamente, y tratados específicamente, la mortalidad es de 10-20%.

Patogenia de Impactación ruminal
En la alimentación animal, es común utilizar forrajes muy fibrosos (pata de sorgo, rastrojo de maíz, pata de trigo, cebada y avena) y concentrados finamente molidos, debido al concepto erróneo de que mientras más molido esté el alimento, mejor será su digestibilidad. Sin embargo, un rumiante necesita fibra para regular el paso de contenido hacia los demás compartimientos gástricos para tener una motilidad ruminal normal.

Los cambios bruscos y constantes en la composición de la ración, desestabilizan la microflora ruminal provocando la impactación. Estas situaciones suelen complicarse debido a errores en el tratamiento, ya que algunos ganaderos todavía emplean medidas terapéuticas empíricas, como dar tomas de hierbas, calhidra, aceites, petróleo, ácido muriático, etcétera, las cuales, en vez de corregir, complican los casos, ya que suelen provocar queratinización, ulceración y defoliación de las papilas ruminales lo que, a su vez, ocasiona deficiencia en la absorción de ácidos grasos volátiles, destrucción de protozoarios y disfunción de la microflora ruminal.

Signos clínicos de Impactación ruminal

Los animales que empiezan a desarrollar impactación ruminal, varían inmediatamente el nivel de ingesta de alimento, desarrollando timpanismo crónico; suelen tener una marcada distensión abdominal en el ijar izquierdo. A la palpación, se aprecia una masa sumamente dura y no se aprecian movimientos ruminales. En fases avanzadas de la enfermedad, el animal presenta mirada angustiada y ataxia.

Al inicio, la temperatura corporal puede estar aumentada, pero en casos severos se aprecia hipotermia; las heces están deshidratadas (estreñimiento), situación que indica la necesidad de aplicar un tratamiento tanto a nivel ruminal como omasal, ya que la impactación de este tercer compartimiento gástrico suele ser irreversible y complicar la digestión ruminal.

El nivel de producción, en animales lecheros, esta disminuye hasta 50%; en ganado productor de carne, la productividad suele disminuir 30 ó 40%.

Tratamiento de la Impactación ruminal

Siempre es conveniente evaluar cada caso particular desde el principio, ya que frecuentemente una rumenotomía es una opción para desalojar el saco gástrico (debido a la dureza, sequedad y compactación del contenido, sería difícil la restauración de la función ruminal únicamente con tratamiento médico). Vale la pena considerar que es probable el desarrollo de un proceso de indigestión tóxica, cuando la impactación ya tiene cierto tiempo, por absorción de toxinas a partir del contenido ruminal en descomposición.

Es conveniente la separación de los animales enfermos de los sanos, con la finalidad de que los primeros no ingieran el alimento de alta fermentación que posee alto contenido en grano y/o fibra inmoderada. El alimento proporcionado debe ser forraje verde, excluyendo los concentrados.

El punto principal de la terapia es movilizar la masa ruminal, lo que puede se conseguir mediante tomas de catárticos que contengan en su fórmula agentes amortiguadores del pH y que estimulen directamente al nervio vago para aumentar la motilidad, además, adicionar intramuscularmente antihistamínicos, debido al daño de la mucosa ruminal que, a su vez, origina liberación de histamina, causando laminitis y pododermatitis.

En ocasiones es necesario adicionar una terapia de fluidos, tanto para rehidratar como para proporcionar vitaminas y aminoácidos esenciales. Ello, a la vez, activa la diuresis que favorece la eliminación de metabolitos del hígado; esta parte de la terapia es sumamente importante, ya que, como parte de sus múltiples funciones, el hígado metaboliza y desaloja del organismo metabolitos tóxicos, tarea que ejecutará con mayor rapidez, favoreciendo así la recuperación de los animales afectados.

Es recomendable la utilización, como adyuvante, de la combinación de ácido genabílico y sorbitol, lo cual incrementa 10 veces la función hepática. Por lo que respecta a las tomas de catárticos, es recomendable diluir cada una en 5-8 litros de agua para garantizar la mejor difusión de la sustancia en el saco ruminal.

Es importante la repetición de la toma a las 12 horas. Este procedimiento, más la aplicación del antihistamínico y del activador hepático, se continúa por 2-3 días. Es conveniente vigilar la evolución de la afección mediante el consumo de forraje verde y de la apariencia de las heces, las cuales variarían paulatinamente de la deshidratación a la fluidez, indicio de que el daño es ligero y de que la motilidad y la bioquímica ruminales empiezan a restablecerse.

Al cuarto o quinto día de observar una evolución favorable, es conveniente proporcionar tomas de microflora ruminal desecada (bolos de 150 g disueltos
en agua a 35 °C), garantizando con ello la estabilidad de la microflora útil. Los animales en franca recuperación deben ser regresados a los corrales, cerciorándose de la ingestión paulatina de alimento.

Prevención de la Impactación ruminal.

Es necesaria la vigilancia de la alimentación, sobre todo en relación a carbohidratos, proteína y fibra cruda; siendo la indigestión ruminal un factor predisponente, será importante empezar por evitarla. Asimismo, el reconocimiento rápido de los casos clínicos, evitará el tratamiento con antibióticos y con ello los efectos colaterales

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