Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) los camellos se han convertido en el tercer ganado de mayor crecimiento en el mundo. Por otra parte la leche de camella sorprende por alguna de sus propiedades y efectos benéficos en trastornos como el autismo y la diabetes.
Pero los camellos presentan otras curiosidades. El The New York Times publicó un artículo de su corresponsal en Moscú, el periodista Andrew E. Kramer referido a las jorobas de esos animales. “Los kazajos han creado híbridos de camellos (dos jorobas) y dromedarios (una joroba) que producen la popular leche shubat y que son resistentes al frío”, escribió.
En su artículo señala que “la demanda de estos animales está motivada por el inesperado auge en popularidad de una bebida de leche de camella fermentada que se conoce como shubat. También se deriva de un estímulo gubernamental para desarrollar la agricultura y diversificar la economía más allá del petróleo”, con ese fin “el Ministerio de Agricultura de Kazajistán otorga préstamos a los ganaderos para que expandan los rebaños híbridos”.
El lineal de lácteos de los supermercados se ha ido llenando en los últimos años de leches de todo tipo. Las de vaca con su todo, su parte o su nada (hasta con añadidos); la de cabra; de oveja. Pero la que no podemos comprar es la leche de camella y resulta que es estupenda.
Esta leche se ha usado como medicina natural en diferentes regiones del mundo y ahora está tomando fuerza por sus excelentes propiedades nutricionales. La clave es que, en comparación con la de vaca, la de camella tiene menor contenido en grasa y mayor porcentaje de sales totales, calcio libre y vitamina C, además de minerales como el hierro.
Cuenta SINC que un estudio de las universidades de Mouloud Mammeri (Argelia) y de Bretaña Occidental (Francia) ha demostrado que la leche de camella tiene un gran valor probiótico. Presenta una gran diversidad de microorganismos vivos que son beneficiosos para la salud, por ejemplo, de la flora intestinal.
Con leche de camella se elabora queso, mantequilla, yogurt y ahora complementos nutricionales
Este trabajo, que analizó la leche de camella de la región de Ghardaia del Sahara argelino, reveló que está compuesta por 15 tipos distintos de comunidades fúngicas y bacterianas. Entre ellas se encuentran multitud de especies de levaduras que se utilizan para su fermentación y crear productos lácteos como mantequilla, queso y yogures.
Por eso, la leche de camella y sus productos fermentados se están probando en distintas investigaciones como complemento nutricional y como ayuda al tratamiento de enfermedades como la diabetes.
Por ejemplo, en la Universidad Tecnológica de Almaty (Kazajistán) han creado una bebida a base de leche de camella especialmente dirigida a los grupos de la población de riesgo, como los niños, las personas con problemas de salud y las personas mayores.
Sus autores afirman que el procesamiento de la leche de camella mejora sus propiedades nutricionales y aumenta la digestibilidad, por lo que consiste en un complemento de alimentación ideal para estos colectivos que necesitan una dieta más completa.