Despega la Industria Ovina Colombiana

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En Colombia el sector ovino es pequeño y poco desarrollado. Pero una alianza entre la Universidad Notre-Dame de la Paix (Bélgica) y la Universidad Nacional de Colombia (UN) les permitirá a cientos de pastores potenciar su producción. Los primeros trabajos científicos han mejorado la reproducción de los animales y han proporcionado técnicas de sacrificio eficientes.

El sector ovino en Colombia se reduce a productores de escasos recursos económicos que llevan a cabo procesos sin mayores conocimientos técnicos. El resultado: altos niveles de consanguinidad de los animales (por cruzamientos indiscriminados); ausencia de programas de selección y control reproductivo; y desconocimiento del problema sanitario (en la actualidad, no existen sitios especializados para el sacrificio de las ovejas).

Se suma la poca investigación científica y la escasa disponibilidad de técnicos con formación específica en el área. Por eso, el negocio tiene una estructura artesanal, en la que hacen falta canales de comercialización y de calidad del producto.

Dicha realidad motivó un proyecto de cooperación entre la Universidad Notre-Dame de la Paix, ubicada en Namur (Bélgica), y la Universidad Nacional de Colombia, gracias al cual se dispone de una financiación de 1.100 millones de pesos para desarrollar el Centro de Investigación, Desarrollo Tecnológico y Extensión Ovina (CIDTEO).

Uno de los objetivos ha sido instalar áreas de pastoreo y mantenimiento de los animales en el Centro Agropecuario Marengo de la UN, localizado en Mosquera (Cundinamarca).

Apoyo Científico

Los investigadores de la Universidad establecieron un rebaño de 200 hembras y 28 reproductores, traídos de Boyacá, Santander y Caldas, de las razas criolla, romney marsh, corriedale y hampshire. Estas fueron seleccionadas con el acompañamiento de la Asociación Nacional de Caprinocultores y Ovinocultores de Colombia (ANCO). En el trabajo usaron métodos para reconocer los tipos raciales predominantes en las zonas del trópico alto.

“Según las primeras valoraciones de desempeño productivo hechas en Marengo (con un manejo técnico de acondicionamiento alimenticio, nutricional y sanitario), en las crías de la raza criolla se han observado tasas de ganancia diaria de peso (TGDP) de entre 140 y 160 gramos al día y, en las de otros tipos raciales, de entre 180 y 220 gramos al día. Así, se revela el enorme potencial ovino del país”, asegura el profesor Henry Grajales, coordinador del CIDTEO.

Asimismo, estructuraron un ritmo reproductivo del rebaño que permite un uso racional de los periodos entre partos que, desde el punto de vista zootécnico, considera los tiempos prudenciales para la gestación, lactancia, recuperación posparto y reapareamiento de las hembras, programando cópulas controladas. Parte del trabajo corresponde a la investigación de doctorado que adelanta el profesor Harvey Lozano.

Como resultado, han obtenido un alto grado de eficiencia reproductiva: del 82% en el primer apareamiento y del 86,9% en el segundo. Se destaca el desempeño de las hembras criollas, con un 97% de fertilidad, conforme lo indica el profesor Carlos Manrique, otro investigador vinculado al proyecto.

En cuanto a la problemática sanitaria, el profesor Jimmy Vargas, del Instituto de Genética, busca estrategias de manejo para el periodo crítico del parto que permitan aumentar las tasas de supervivencia perinatal (antes y después del parto). Asimismo, evalúa programas de control parasitario que disminuyan las pérdidas por dicho concepto, que pueden llegar a ser de hasta el 25%.

Según el profesor Manrique, “los resultados de los controles implementados permiten observar que, si se hace un acompañamiento del parto y se establece una relación rápida madre-cría, se incrementa la tasa de supervivencia”.

Carne con sello UN 

En la actualidad, el CIDTEO posee 340 animales y tiene listo el primer lote de corderos para sacrificio, que comprende el beneficio, desposte y empaque de carne con la etiqueta CIDTEO-UN.

“El objetivo, en el que trabajamos con productores ovinos de diversas regiones del país, es cumplir con las normas exigidas para obtener alimentos destinados al consumo humano”, destaca su coordinador.

Y agrega: “la meta es garantizar las condiciones de buenas prácticas de manejo animal y del producto, que corresponden a su bienestar, inocuidad y sostenibilidad ambiental”.

Según reportes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura (FAO), el sector ovino en Colombia ha tenido una evolución en los últimos ocho años. El crecimiento del inventario y del consumo estimado per cápita de carne de cordero ha sido considerable: ha pasado de unos 250 gramos a niveles que fluctúan entre los 340 y los 360 gramos por año. El potencial del sector y de sus productos es enorme.

En consecuencia, el sacrificio del primer lote, cuya edad está entre los 8 y 10 meses (que se considera el momento ideal para el sacrifico y para obtener una carne de calidad sobresaliente), pretende ser el punto de partida para dar a conocer un producto con sello de origen.

La socialización de los resultados y del esquema de investigación busca que los pastores implementen estrategias tecnológicas y no tecnológicas que les permitan potenciar sus capacidades productivas y verificar su incidencia en el desempeño de sus rebaños. Igualmente, pretende promocionar la carne como una alternativa a la de cerdo, res y pollo.

 

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