Desarrollan Primera Experiencia en Valorización Genética de Bovinos de Leche en el Sur de Chile

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Lo anterior, debido a la posibilidad de producir y comercializar animales, semen o embriones con “certificación de calidad”, que luego impactarán positivamente en la producción de materias primas, en la industria y finalmente en el consumidor final. El principal insumo de todas las técnicas utilizadas para seleccionar genéticamente a los animales de un criadero, son los registros genealógicos y productivos.

Dichos registros son utilizados con distintos propósitos entre los cuales destacan la posibilidad de dar garantía de animales finos por pedigrí, para detectar y controlar la consanguinidad al interior de los rebaños y finalmente, para estimar el mérito genético de los animales en programas de mejora (realización de pruebas de progenie).

Los registros genealógicos son instrumentos que permiten conocer y registrar la ascendencia y descendencia de los animales, con el fin de preservar e incluso mejorar sus características raciales. De aquí derivan los registros de producción, procedimientos cuantitativos que permiten medir la producción de los animales, con el propósito de aumentarla en generaciones sucesivas mediante procesos de selección. Las metas de los registros de producción dependen de la exactitud de los registros genealógicos y entre ellos debe existir armonía, la cual se consigue con registros de excelencia.

Sin duda un tema de relevancia para la agricultura del sur de Chile, donde se inserta con fuerza un valioso convenio de investigación entre la Cooperativa Agrícola y Lechera de Frutillar (Cafra) y el Centro Regional INIA Carillanca, cuyo objetivo fue contar con asesoría técnica para transferir e implementar una metodología que permitiera determinar el valor genético de toros y vacas de la raza Overo Colorado. Dicho convenio formó parte de un proyecto PAM Corfo que Cafra ejecutó en la región de Los Lagos.

“Cabe indicar que Cafra cuenta desde la década del 80 con una importante base de datos productivos y genealógicos en control lechero de algunos de sus productores que permitieron desarrollar un programa genético. Inicialmente el trabajo se realizó a partir de los datos levantados en un predio piloto, donde INIA obtuvo la información genealógica y productiva (controles lecheros), para luego realizar un análisis estadístico descriptivo y genético a partir de la base de datos terminada. Finalmente se realizó una evaluación genética a los animales pertenecientes al Predio Piloto para finalizar con una capacitación técnica al personal de Cafra, quienes recibieron el informe final”, aclaró el investigador y genetista, Dr. Jaime Piñeira de INIA Carillanca a cargo de esta tarea.

El convenio

Los resultados obtenidos de este convenio permitirán definir los aspectos a mejorar a través de la gestión genética, mantener este servicio en el tiempo para avanzar de manera sostenida en la capacidad genética de producción de los animales y por ende aumentar la rentabilidad ganadera. Con los resultados entregados, la empresa Cafra plantea implementar una segunda etapa o un nuevo proyecto, que involucre a otras instituciones como la Asociación Nacional del Overo Colorado (Anacoc).

“Las principales virtudes que tuvo nuestro proyecto PAM Corfo fue incluir un programa de recursos genéticos para la raza overo colorado. Nos unimos a INIA Carillanca considerando que cuenta con especialistas y como empresa teníamos un predio con una base de datos importante. La idea es continuar incorporando a nuevos productores, implementar el programa en la cooperativa y de seguir con otro proyecto, ampliar el rango de reproductores a evaluar”, dijo Juan de Dios Köening, gerente general de Cafra.

“Sin duda que la herramienta de evaluación genética nos permite mejorar parámetros productivos y reproductivos de la masa ganadera, especialmente de una raza que no ha sido evaluada en Chile, como es la overo colorado. Además, este servicio se transforma en una nueva alternativa para nuestros cooperados, que actualmente suma 650 miembros”, añadió el gerente general de Cafra.

Predio piloto

El plan de trabajo involucró la realización de cinco actividades técnicas entre las cuales se contó la selección de un predio piloto en el Criadero El Valle, de propiedad de Andrés Loebel Neumann en la zona de Los Muermos.

“Este predio centra su trabajo en el manejo de 120 vacas masa, junto a toda su descendencia; las vaquillas preñadas y los toros para su reproducción se venden como base genética para otros ganaderos directo al matadero. La producción lechera es en base a praderas muy fertilizadas, en cuanto a la raza con la que se trabaja, Overo Colorado, esta se caracteriza por poseer buenos niveles de sólidos (7,6% promedio); entregándole una producción lechera que llega en promedio a los 6 mil 100 litros de leche por vaca”, explicó el Dr. Piñeira.

Desde este punto se obtuvo la información pecuaria, que derivó en la realización de un análisis estadístico y genético descriptivo, determinación del mérito genético de los animales registrados y finalmente la capacitación de los profesionales y técnicos de Cafra en todo el proceso descrito. La información genealógica solicitada para la elaboración del informe fue identificación del animal, fecha de nacimiento, identificación del padre y la madre, sexo, raza y sobrevida.

La información recibida fue procesada en la oficina de registros implementada por el Programa Nacional de Mejoramiento Genético impulsado por INIA, donde se obtuvo el promedio de la consanguinidad de todos los animales nacidos entre el año 1980 y 2017.

“Es importante señalar que la consanguinidad media observada entre los años 1980 y 1997 podría estar subestimada debido a la reducida información genealógica a esas fechas. Por tal motivo el levantamiento y sistematización de dicha información resultó de vital importancia en el desarrollo de las actividades comprometidas, de lo cual derivó una robusta base de datos. En tal sentido, podemos concluir que la experiencia obtenida fue positiva y estratégica para la ganadería del sur, ya que es totalmente factible dar continuidad a un programa permanente de evaluaciones genéticas en rebaños lecheros del sur de Chile”, aclaró el Dr. Piñeira.

Durante el proceso Cafra hizo llegar a INIA los parámetros productivos de su interés cuyas variables estaban contenidas en el control lechero del predio piloto.

“La información enviada se fusionó con los registros genealógicos enviados y se terminó de completar una base de datos que posteriormente fue procesada informáticamente. El desarrollo de un programa permanente de mejoramiento genético se basa en el análisis riguroso de la información genealógica y productiva de toda la masa animal que constituyen los núcleos genéticos, por lo mismo el levantamiento y sistematización de nuestra información resultó de vital importancia en el desarrollo de las actividades comprometidas en el convenio”, comentó Francisco Gebauer, ayudante investigación y soporte del análisis.