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Competencia Desleal o Ineficiencia

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Como todos los fines de semana, una vez más acompañe a mi esposa al mismo supermercado que acudimos desde hace un par de décadas, el cual se ubica, cómodamente, a tres cortas cuadras de nuestra casa, y como ya es una costumbre añeja, entre las secciones en que hacemos nuestras repetitivas y monótonas compras semanales, nos dirigimos a la muy concurrida área destinada a las “leches”, en donde casualmente nos encontramos con nuestra muy querida y no poca chismosa vecina Vilma, con quien compartimos el “barrio” desde hace muchos años y quien también habitualmente hace sus compras de alimentos en aquel establecimiento.

Todo era lo mismo de siempre, la misma rutina de cada semana, el mismo supermercado, los mismos productos, las mismas cajeras, los mismos clientes. Todo resultaba somníferamente igual, aburrido y rutinario… Sin embargo, al saludar a mi estimada vecina noté algo sorprendentemente nuevo… algo fuera de lo habitual…

Noté que en su coche de compras había un par de latas de leche que no eran de la marca que habitualmente, su familia y la nuestra, consumíamos.

Hecho que me llenó de una inmensa curiosidad:
-Vilma -le dije en tono de cordial reproche- ¿Por qué estás comprando esa nueva marca de leche? ¿Qué pasó?, le pregunté.
Mirándome con una expresión de un poco de sorpresa y otro poco de pena, me respondió:
La semana pasada -me dijo- Héctor (su esposo) me dijo que probáramos esta leche por varios motivos.
No sé -prosiguió- si sabias que esta leche nueva es importada de Alemania y que su lata contiene 410 gramos mientras que la lata nacional que siempre compramos trae 395 gramos.
¡Ya pues Vilma! -le dije en tono de reproche- pero solo por 15 gramos de diferencia… -le
recalque en tono de una suave reprimenda

Pero eso no es todo -me dijo un tanto apresurada tratando de justificar su decisión

Aunque no lo creas, la leche alemana es “Evaporada” y no “Reconstituida” como lo es el que acostumbramos a comprar -me afirmó –
Y por si fuese poco -prosiguió- la lata de leche nacional ¡Cuesta 10% más que la lata de leche alemana! -exclamó un tanto horrorizada

Al escuchar los argumentos de Vilma, pensé que habría alguna equivocación de parte de ella, por lo que esperé separarnos para, inmediatamente, tomar una de esas latas leche de procedencia Alemana y leer su etiqueta detenidamente y comprobar sus características …
Sorpresivamente, luego de unos minutos de una minuciosa observación, pude comprobar que todas las afirmaciones que hizo Vilma eran ciertas.
En esos momentos, un tanto desconcertado, no entendía qué pasaba, y me preguntaba en silencio ¿Cómo era que una lata de leche que tenía que recorrer 10,000 kilómetros podía ser 10% más barata y de una calidad por lo menos similar a la nacional?
¿Es un caso de Competencia desleal de los alemanes o es una ineficiencia “monumental” de la industria nacional? – me pregunté en silencio

En los días siguientes, la intriga me invadió y se me ocurrió investigar un poco del tema y pude enterarme de que Alemania era junto con Francia y Polonia los mayores productores de leche de la Unión Europea.

También me enteré de que las Vacas Alemanas poseen una extraordinaria genética que aseguran una gran calidad y una alta producción de leche. Incluso la gran genética de sus vacas Holstein es comercializada en nuestro país.
Realmente no me imaginaba que Alemania fuese una verdadera potencia productora de leche, pues produce unas 15 veces más leche que nosotros y sus productos lácteos tienen presencia en casi un centenar de países en el mundo. Una sola marca alemana (que no es la más grande) exporta sus productos lácteos a 70 países en el mundo e incluso exporta sus productos con necesaria refrigeración (como es el caso del yogurt), y aunque parezca imposible de creer, llegan a mejores precios que los yogures producidos en el país receptor.

Pude enterarme además, que un factor que influye a que las Industrias Alemanas produzcan sus productos lácteos a costos tan bajos, era que pagan un precio muy bajo a sus ganaderos (actualmente US$ 0.33 por kg de leche mientras que los ganaderos nacionales actualmente
creo que reciben en promedio US$ 0.40) y que sobreviven gracias a las subvenciones que reciben anualmente (hace unos años destinaban mas de cinco mil millones de euros al año en subsidios a sus ganaderos) y muchas veces, además, el gobierno interviene para evitar las caídas bruscas de los precios de la leche, lo cual se convierte en una subvención indirecta a sus industrias lácteas.

Frente a esta realidad, no me imagino por cuánto tiempo las Industrias Lácteas Nacionales podrán mantener esta situación de tener que competir contra un producto de gran calidad y que además nos ofrece mayor cantidad de leche por lata y a un significativo menor precio.

Si las Industrias Lácteas Nacionales no reaccionan a tiempo contra las competencias desleales y contra sus, cada vez más notorias, ineficiencias operacionales, quizá la suerte les acompañe solo hasta el momento en que los clientes decidan leer las etiquetas de las latas de leche.

Ing. César Muroya Umesak

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