En Colombia, la producción de carne de ovino es todavía muy baja frente a la demanda. Trabajos en el campo reproductivo, de mejoramiento alimenticio y sanitario han permitido aumentar la producción de corderos para el aprovechamiento de su carne. Rebaños de las regiones frías de alta montaña muestran resultados positivos para dinamizar este mercado.
Corderos con mejor peso, aumento de crías y mejoramiento genético, son algunos de los grandes logros del Centro de Investigación, Desarrollo Tecnológico y Extensión Ovina (Cidteo) de la Universidad Nacional de Colombia Sede Palmira, que desde el 2011 ha venido trabajando con ovinos de razas criollas y foráneas.
En la tipología criolla, con hembras de peso adulto de 43 y 56 kilos (k), se han obtenido corderos entre 29,3 y 32,9 k a los 180 días de edad, lo que se traduce en tasas de ganancia diaria de peso entre 0,145 y 0,165 k por día (k/día).
En otras tipologías estudiadas, como la Romney Marsh, Corriedale y Hampshire, con hembras de peso adulto de entre 54 y 67 k, sus crías llegan a pesar entre 33,5 y 42,2 k a la misma edad de las criollas, con ganancia diaria de 0,165 a 0,215 k/día. El potencial de crecimiento de estas tipologías raciales se aprecia en animales para sacrificio que pesan entre 35 y 40 k a una edad de 6 a 8 meses, proporcionan una carne magra, de agradable color y suave al corte.
Además, en el Cidteo se avanza en el reconocimiento de la composición de la carne (aspectos físicos, químicos y de percepción sensorial) del animal sacrificado (canal o carcasa), particularmente en la identificación y tipificación de ventajas comparativas que ofrecerían mayor competitividad. Aquéllas se refieren a la presencia de moléculas o genes que determinan una distribución favorable de grasa no dañina en el músculo, mayor terneza (consistencia) y sabor particular según la región donde se cría el animal, lo que puede estar vinculado con el nicho productivo.
Al hablar de nichos se alude a los sitios donde se realizan estudios previos con el grupo de investigación de Gestión Tecnológica e Innovación en Sistemas Pecuarios, como Concepción (en Santander); Nobsa, Monguí, Corrales, Busbanzá, Cocuy y Güicán (en Boyacá), y en la Sabana de Bogotá. El objetivo está dirigido a darle identidad al producto: carne de cordero tipo Cidteo y con denominación o identificación geográfica según la región o nicho de producción.
Ritmos Reproductivos
En la primera etapa del trabajo investigativo en el Cidteo se estructuró un programa para manejar los ritmos reproductivos en el rebaño, de manera que se obtuvieran períodos entre partos para gestación, lactancia, recuperación posparto y reapareamiento de las hembras.
En los sistemas productivos, que presentan intervalos de partos entre 320 y 365 días o más, se ha incorporado un programa de apareamientos controlados para propiciar partos entre 270 y 300 días, lo que significa un leve aumento de partos por hembra. Estos logros garantizan el abastecimiento del mercado en volúmenes constantes y de calidad uniforme (edad, peso y composición).
La eficiencia reproductiva también se ha incrementado: fertilidad entre 79,6 % y 86,9 % general para el rebaño y, en el caso particular de las hembras, hasta en un 97 %, según los profesores Henry Grajales, director del Cidteo, y Carlos Manrique, investigador vinculado al proyecto.
A estos resultados han contribuido trabajos como el realizado por el profesor Harvey Lozano, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, quien en abril de 2015 recibió su título de doctorado de la Universidad de Namur por sus estudios para determinar y caracterizar los fenómenos fisiológicos de los ovinos.
Estos contemplan la presencia de estacionalidad, características del ciclo estral (época de celo), inicio de la pubertad, niveles de fertilidad, características del eyaculado (en machos) y perfiles de hormonas reproductivas vinculadas con el desempeño reproductivo que involucran tanto a la hembra como al macho ovino.
Al comparar las tipologías raciales, se hizo seguimiento individual durante un año a un grupo de hembras y machos, este sirvió para valorar variables de comportamientos sexuales y medioambientales; así se determinó que bajo las condiciones dadas en el centro, se mantiene una actividad reproductiva estable a través del año para ambos.
Además, se adelantó un monitoreo con machos y hembras desde los tres hasta los 12 meses de edad, para determinar el inicio de la pubertad y de la actividad sexual.
Paralelamente, la estudiante Paola Alexandra Alvarado García, en su trabajo de maestría, determinó las características del ciclo estral y las condiciones de recuperación de la actividad ovárica posparto (tiempo entre el parto y el retorno al ciclo normal), con el fin de lograr una preñez exitosa.
Pastoreo Rotacional
Para el mejoramiento genético, el rebaño se maneja con un programa de apareamiento por núcleos familiares dentro de cada tipología racial y a cada núcleo de hembras se le asigna un macho de su misma tipología. De las crías nacidas se tiene información genealógica y se adelanta un monitoreo desde el nacimiento hasta el destete, cuando se utiliza el índice de selección de corderos del Cidteo, que contempla el desempeño del cordero y de sus ancestros.
En cuanto al manejo de la nutrición, se organizó un sistema de pastoreo rotacional basado en el suministro de pasto kikuyo (Pennisetum clandestinun), y complementos alimenticios según requerimientos de las diferentes categorías animales, que incluye sal mineralizada y agua a voluntad.
En el manejo del sistema productivo, se partió de un rebaño base de 200 hembras y 28 reproductores. A la fecha se cuenta con 540 corderos producidos para una carga estimada en el Centro Agropecuario Marengo de entre 10 a 26 animales por hectárea.
También se han realizado seis talleres de reconocimiento, manejo del rebaño, construcción y análisis de indicadores, así como productos de ovinos, en los que han participado 96 personas entre técnicos y productores de las regiones monitoreadas.
Así mismo, 48 estudiantes de diferentes universidades del país han hecho pasantías, actualmente se realizan cinco investigaciones de maestría y dos de doctorado sobre aspectos de reproducción, mejoramiento y características de la carne ovina.
Dichas estudios corresponden a un programa de investigación–extensión que cuenta con recursos de Colciencias por 3.025 millones de pesos, éste ha permitido mantener la gestión tecnológica para el desarrollo productivo y el mejoramiento de la competitividad de los sistemas de producción.
De igual manera, se realizó el programa Granjas Piloto, que reunió a productores base, líderes de referencia y multiplicadores vinculados con las asociaciones regionales, con el objeto de capacitarlos en diferentes aspectos de manejo del rebaño e implementar y validar resultados de las investigaciones desarrolladas.
Todo esto con “la idea de que los productores reconocieran el potencial de producción y que es factible sacar al mercado animales jóvenes, con buenos pesos y homogéneos, de acuerdo con los requerimientos del mercado y los consumidores”, expresa Henry Alberto Grajales Lombana, zootecnista de la UN Sede Palmira y doctor en Ciencias Veterinarias.
Según el experto, los campesinos pueden mantener una producción de ovinos por su fácil manejo, bajos costos de mantenimiento, adaptación a condiciones adversas (en zonas donde ni la ganadería ni la agricultura son aptas); además, favorece su nivel de ingresos adicionales y se aprovecha la mano de obra familiar, lo que garantiza seguridad alimentaria para la población.
NOTA: Si deseas realizar una gira técnica para conocer genética Ovina, escribe a paula@tecnogiras.com