Noticias Internacionales

Colombia es Reconocida por su Ganadería Sostenible, Natural y Ecológica

Publicado

en

(959 lecturas vistas)

COMPARTIR


Reino Unido, Banco Mundial y EE.UU. reconocen que Colombia hace ganadería sostenible basada en sistemas silvopastoriles, con lo cual beneficia el medio ambiente y contribuye a la mitigación del cambio climático, pues en la última decada capturó 1,5 millones de toneladas de carbono y esa gestión la multiplicará en 10 años a 4,9 millones de toneladas.

En el mundo son varios los países que reconocen las bondades de la ganadería bovina de Colombia en virtud a sus esquemas completamente naturales que garantizan la inocuidad, el alto poder nutritivo de la carne y de la leche y contribuyen a mejorar el medio ambiente y a mitigar el cambio climático, pues en la última decada ha capturado 1,5 millones de toneladas de carbono y tiene la firme perspectiva de multiplicar dicha cifra hacia el año 2030 a 4,9 millones de toneladas (3,5 veces más).

Esto en razón al programa Ganadería Colombiana Sostenible (GCS) que gestiona Fedegan hace una década y media de la mano de otros agentes institucionales de orden mundial, y que se basa en sistemas silvopastoriles intensivos (SSPi).

Solo dos casos dejan ver la magnitud de la situación actual de la ganadería: el primero es la percepción del Banco Mundial y el segundo, el significativo apoyo del Reino Unido al programa GCS con el aporte de $500.000 millones (160 millones de libras esterlinas).

El BM opina que, “los diversos beneficios de las practicas silvopastoriles incluyen un ganado más saludable, mayor cantidad de suelos ricos en nutrientes y menores emisiones de gases de efecto invernadero”.

Por su parte el Reino Unido resaltó que, “es un gran esfuerzo interinstitucional que permitió construir capacidad productiva. El esfuerzo de hacer sistemas silvopastoriles dio buenos frutos y demostró que en Colombia si se puede hacer ganadería sostenible”, opinó Colin Martin Reynolds, su entonces embajador en Colombia en el 37 Congreso Ganadero de 2019.

“Colombia ha demostrado sus esfuerzos por cumplir las ambiciosas metas ambientales y el Reino Unido lo apoya para cumplir sus compromisos en materia de cambio climático, de ahí, que formaliza con el país una alianza de enriquecimiento sostenible”, replicó Reynolds.

De hecho, los Sistemas Silvopastoriles han sido considerados por Estados Unidos como la novena mejor solución global –entre 100– para reversar el cambio climático y diversas publicaciones del New York Times han destacado sus potencialidades.

Unión de instituciones

El programa GCS fue una iniciativa de Fedegán–FNG, gremio que reunió la gran alianza interinstitucional conformada por importantes organismos de nivel mundial: el Fondo para el Medio Ambiente Global–GEF, el gobierno del Reino Unido, The Nature Conservancy–TNC, Fundación Centro para la Investigación en Sistemas Sostenibles de Producción Agropecuaria–CIPAV y el Fondo para la Acción Ambiental–FA, bajo la supervisión del Banco Mundial (BM).

GCS se basa en la creación de sistemas silvopastoriles (SSP), es decir, la integración de árboles, leucaena, botón de oro, y otras especies forrajeras con el pastoreo de animales de una manera mutuamente beneficiosa, que impacta positivamente en el medio ambiente.

Dicho esquema ha sido implementado en 160.000 hectáreas de cinco regiones compuestas por 12 departamentos del territorio colombiano: Bajo Magdalena, Valle del Río Cesar, Boyacá, Santander, Ecorregión Cafetera y el Piedemonte del Orinoco.

En las citadas regiones los sistemas silvopastoriles ya hacen parte de 4.100 predios bovinos de 87 municipios.

“Es de resaltar que en la última década ha sembrado 3,6 millones de árboles a través precisamente de la implementación de sistemas silvopastoriles en el territorio colombiano”, dijo José Félix Lafaure Rivera, presidente ejecutivo de Fedegan.

Mayor productividad

Para el dirigente gremial, los SSPi se constituyen en una apuesta por el mejoramiento de la productividad y respeto por la naturaleza. “Hemos comprobado científicamente que mientras la carga animal medida por la Unidad de Gran Ganado (UGG) en una ganadería tradicional es de 1,2 UGG por hectárea, en una basada en SSPi este indicador se multiplica por cinco veces ya que registra 5,2 UGG”, afirmó.

Asimismo sucede con la producción de leche pues se evidenció que esta puede pasar de 794 a 2.849 litros de leche por hectárea al año, es decir, permite un incremento del 258,8 %.

Y es una gran opción para incrementar asimismo la productividad de comida para el ganado que puede subir de 15.638 a 23.479 kilogramos de forraje verde por hectárea, esto es, un aumento de 7.841 kilogramos (50,1 %).

Beneficios al ambiente

La ganadería sostenible basada en SSPi ha contribuido a mitigar el cambio climático mediante la captura de 1.462.236 toneladas de carbono (CO₂) entre 2010 y 2019, en las 5 regiones colombianas donde se ha aplicado.

Adicionalmente tiene la firme perspectiva de profundizar dicha mitigación con el incremento de la captura de carbono hacia el año 2030 la cual llegaría a 4.874.642 toneladas, es decir, el equivalente a 3,5 veces más.

Paralelamente se reducen las emisiones de Metano (CH₄) y de Óxido Nitroso (N₂O) y, en razón a estos resultados, se constituye en una gran oportunidad para incursionar en los mercados de carbono.

Para la actividad productiva de la ganadería la implantación de SSPi representan una disminución de la temperatura anual entre 2 y 3 grados centígrados, que no sólo se traduce en mejor bienestar animal sino que, de acuerdo con el dirigente del gremio cúpula de la ganadería, “dicha gestión ofrece un gran ahorro de agua lo que se traduce en mayor humedad en la tierra”.

Contribuye al bienestar animal ya que los árboles –principal elemento de los SSP– generan sombra a los bovinos y así logran contrarrestar de manera extraordinaria su estrés calórico traduciéndose esto, en un mayor rendimiento productivo animal.

En otras palabras, los paisajes ganaderos con sistemas silvopastoriles incrementan la biodiversidad. “En el proyecto Enfoques Silvopastoriles Integrados para el Manejo de Ecosistemas (del GCS) se observaron 193 especies de aves, osos y otras especies incluidas varias en vía de extinción o conservación”, sostuvo Lafaurie Rivera.

Asimismo proporcionan un incremento de la materia orgánica del suelo debido a la menor compactación del suelo y a su vez, a la mayor porosidad, ocasionada por los escarabajos y especies subterráneas en la construcción de túneles y la remoción del suelo (fauna edáfica).

Carga Nutricional

Dicha gama de beneficios proporciona una mayor riqueza nutricional en los subproductos originarios de proteína animal como son la carne de res y la leche de vaca. Expertos indican que aumenta el contenido de los ácidos grasos que contiene este alimento, que son el ácido oleico (C18:1) y linoleico (C18:2 y C18:3), que no es otra cosa que el Omega 3.

“El consumo de carne de res que contiene Omega 3 es benéfico para la salud de las personas y específicamente regenera las neuronas y previene enfermedades cardiovasculares”.

La carne de res colombiana es considerada incluso como carne ecológica porque durante su producción no usa fertilizantes químicos y los bovinos se crían con base en esquemas verdes naturales. “Esta clase de producto es incluso premiado en los mercados internacionales con un precio superior hasta en 30 %”, acotó Lafaurie Rivera.

Tenemos la experiencia

Gracias al Proyecto GCS, el sector ganadero tiene la experiencia y el conocimiento acumulado de inmenso valor para mitigar el cambio climático y está totalmente ‘sintonizado’ con el Gobierno Nacional.

De hecho, el presidente de la República Iván Duque, expresó el compromiso del gobierno en la Cumbre sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas del 2019, al señalar que “nuestra meta es llegar a 100 mil hectáreas silvopastoriles para mostrar que también se puede hacer transformación en la producción y que se puede hacer, además, en armonía con la captura y la reducción de gases efecto invernadero”.

Sin gases efecto invernadero

“Colombia está en una posición única para producir más en menos tierra y así contribuir con el cambio climático”, dijo Timothy D. Searchinger, miembro del Instituto de Recursos Mundiales y experto en cambio climático.

El experto, que visitó a Colombia y participó en el 37 Congreso Nacional de Ganaderos del 2019, sostuvo que, “gracias a los aportes que se están haciendo en Colombia en materia de sostenibilidad con el proyecto Ganadería Colombiana Sostenible, el país se logró ubicar en una posición única frente a otras naciones, pues sus avances han sido memorables”.

“Una de las partes más importantes que tienen los sistemas silvopastoriles y la ganadería sostenible, es que se pueden realizar sin emisiones de gases de efecto invernadero”, aseguro Searchinger.

Responde a las angustias

“La ganadería no se limita solamente a una mejor productividad, sino a una mayor productividad que respeta la naturaleza para responder a las angustias por el cambio climático”, dijo Rodolfo Zea, Ministro de Agricultura en el Cuaderno Ganadero No. 17 del Fondo Nacional del Ganado que se entrega a los ganaderos en el marco de la campaña de vacunación contra la fiebre aftosa a nivel nacional.

El jefe de la cartera agropecuaria dijo que está de acuerdo con esa ruta y la comparte principalmente por la mayor productividad que garantiza la inocuidad a los consumidores, en un mundo más preocupado por la salud.

“Buscamos fortalecer la Mesa de Ganadería Sostenible, como un mecanismo interinstitucional y de concertación con el sector privado, para avanzar en las metas del Gobierno Nacional, sobre todo en la implementación de Sistemas Silvopastoriles, una línea de acción en la cual FEDEGÁN ostenta un gran liderazgo derivado de su gestión al frente del exitoso programa Ganadería Colombiana Sostenible”, argumentó Zea.

Desconoce esfuerzos

Para Lafaurie Rivera el país consume anualmente 922 mil toneladas de carne de res y es un promedio que se ha mantenido durante los últimos años.

“Considerar un día sin consumir carne en el país sería desconocer los esfuerzos realizados en la mitigación al cambio climático y generaría un gran impacto económico. “La ganadería dejaría de percibir $4.600 millones”.

“El sector ganadero colombiano tiene muchas ventajas comparativas precisamente por basarse en esquemas netamente naturales y eso lo reconocen en los grandes países del mundo. Esto se debería estudiar y asimilar antes de adoptar medidas al garete”, puntualizó José Félix Lafaurie Rivera.

Para los cerca de 30 asociaciones que integran UNAGA, este tipo de medidas políticas atentan directamente contra la seguridad alimentaria de los niños y la población vulnerable en la capital, ya que la proteína de origen animal es esencial para su desarrollo motriz y cognitivo.

Esta ampliamente demostrado que sustituir la proteína de origen animal en los niños conlleva a serias deficiencias de salud, inclusive hasta la muerte por desnutrición, como lo han registrado diversos medios de comunicación en diferentes geografías.

Si bien el consumidor está en su pleno derecho de decidir cómo se alimenta, esto no debe verse influenciado por decisiones políticas que puedan llegar a limitar o transgredir las libertades individuales.

Noticias Internacionales

La OMSA y la FAO instan a sus miembros a erradicar la Peste de los Pequeños Rumiantes

Publicado

en

COMPARTIR

La peste de los pequeños rumiantes (PPR), es una enfermedad devastadora que causa importantes pérdidas económicas y animales. Con tasas de morbilidad y mortalidad que pueden alcanzar el 100 % en poblaciones no expuestas previamente, esta enfermedad vírica altamente contagiosa representa una grave amenaza para ovejas, cabras y ciertas especies de rumiantes silvestres.

Más allá de su impacto en la sanidad animal, las pérdidas económicas asociadas a la PPR ascienden a unos 2.100 millones de dólares estadounidenses al año. Desde su identificación en 1942, la PPR se ha propagado a más de 70 países en África, Asia, Oriente Medio y Europa del Este, arraigándose en muchas regiones y representando una seria amenaza para los medios de vida y las economías frágiles. Esta enfermedad socava los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria y la nutrición, especialmente en zonas donde más de 330 millones de personas, principalmente pequeños agricultores y comunidades de subsistencia, dependen de los pequeños rumiantes.

Aún se requiere más trabajo para lograr la erradicación

La exitosa erradicación de la peste bovina en 2011, que demostró el poder de la colaboración y los esfuerzos concertados para proteger la sanidad animal y los medios de vida humanos, motivó a la comunidad veterinaria mundial a designar la PPR como la siguiente enfermedad prioritaria a erradicar, junto con la rabia transmitida por perros. En 2015, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) lanzaron la Estrategia Global de Control y Erradicación de la PPR (PPR GCES, por sus siglas en inglés)  , con el ambicioso objetivo de erradicar la enfermedad para 2030.

Durante los 10 años transcurridos desde el lanzamiento de la estrategia PPR GCES, se han logrado avances significativos. Entre las iniciativas se incluyen la implementación del Proyecto Regional de Apoyo al Pastoralismo en el Sahel (PRAPS)  , varios proyectos financiados por la Unión Europea, proyectos de la Agencia de Reducción de Amenazas de Defensa de EE. UU. (DTRA), y el lanzamiento del Programa Panafricano para la Erradicación de la PPR y el Control de Otras Enfermedades Prioritarias de los Pequeños Rumiantes  . Sin embargo, aún queda mucho por hacer.

La propagación continua de la PPR hacia nuevas regiones y su arraigo en áreas endémicas, agravados por el acceso limitado a servicios veterinarios en comunidades marginadas, siguen siendo grandes desafíos para su eliminación. Superar estos obstáculos es esencial para lograr la erradicación de la PPR, proteger los medios de vida y reforzar la seguridad alimentaria de algunas de las poblaciones más vulnerables del mundo. Es imperativo mantener un esfuerzo global sostenido y coordinado para garantizar el éxito de la estrategia PPR GCES y fortalecer la resiliencia de las comunidades que dependen de los pequeños rumiantes.

Un compromiso con la colaboración global

Los pequeños rumiantes suelen ser el recurso más importante, y en algunos casos el único, del que dependen ciertas poblaciones vulnerables para sobrevivir. La erradicación de la PPR abriría oportunidades económicas tanto a nivel nacional como internacional, contribuyendo al crecimiento y la estabilidad. Las ovejas y las cabras desempeñan un papel esencial en la vida de muchos agricultores, especialmente mujeres y jóvenes, quienes a menudo están subrepresentados en los espacios públicos y de toma de decisiones.

Desde el inicio de la estrategia PPR GCES, ha quedado claro que los brotes pueden gestionarse y que se puede desarrollar una inmunidad colectiva mediante el establecimiento de mecanismos nacionales de financiación para actividades clave de prevención de enfermedades animales, la promulgación de políticas y normativas favorables, la inversión en la producción de vacunas y diagnósticos para la PPR, y la concienciación y formación sobre tecnologías de prevención y control.

Para tener éxito, los esfuerzos de erradicación deben seguir una estrategia bien diseñada y coordinada, respaldada por una infraestructura sólida y la inversión en el personal veterinario. Estos esfuerzos deben priorizarse y reconocerse como un bien público internacional mediante un compromiso político firme y la movilización de recursos. La OMSA y la FAO instan a sus Miembros a seguir comprometidos con la inversión en enfoques.

¿Qué es la peste se pequeños rumiantes?

La peste de pequeños rumiantes (PPR) es una enfermedad vírica causada por un morbilivirus estrechamente relacionado con el virus de la peste bovina que afecta a caprinos y ovinos y a algunos parientes silvestres de pequeños rumiantes domésticos, así como a los camellos. Se identificó por primera vez en Côte d’Ivoire en 1942.

Se caracteriza por tasas de morbilidad y mortalidad significativas, y tiene un alto impacto económico   en zonas de África, Oriente Medio y Asia, donde los pequeños rumiantes contribuyen a garantizar la subsistencia.

Los animales afectados presentan una fiebre alta y depresión, junto con secreciones en los ojos y las fosas nasales. Los animales no pueden comer, ya que la boca se cubre de dolorosas llagas erosivas y sufren de neumonía y diarrea graves, que llevan, con frecuencia, a la muerte.

Leer más

Noticias Internacionales

Movimiento de animales de una región a otra: la experiencia colombiana con trazabilidad y sanidad

Publicado

en

COMPARTIR

Leer más

Noticias Internacionales

Descubren cómo la alfalfa sobrevive a suelos salinos

Publicado

en

COMPARTIR

Leer más

Tendencia