El índice de precios de los alimentos de la FAO alcanzó un promedio de 172,6 puntos en octubre, un 0,7 por ciento más respecto al mes anterior y un 9,1 por más que hace un año, lo que supone la primera subida del índice de los principales cereales en tres meses.
El índice de precios de los alimentos, que ha aumentado de forma continua a lo largo de 2016 -a excepción de un breve descenso en julio-, es un índice ponderado en base a los intercambios comerciales que hace el seguimiento de los precios internacionales de los cinco grupos principales de productos alimentarios.
La subida de octubre se debió principalmente a los alzas en los precios del azúcar y los productos lácteos. El índice de precios del azúcar de la FAO se incrementó un 3,4 por ciento en octubre, tras recibirse informes sobre el déficit de producción en la región Centro Sur de Brasil y el estado de Maharashtra en la India. El índice de precios de productos lácteos de la FAO aumentó un 3,9 por ciento con respecto a septiembre, impulsado por el alza de los precios del queso y, en particular, de la mantequilla, como resultado de una demanda interna sostenida en la Unión Europea, tras un período en el cual las existencias fueron mermando.
Por el contrario, el índice de precios de aceites y grasas de la FAO se redujo un 2,4 por ciento respecto a septiembre, debido en gran parte a los precios más débiles del aceite de palma como consecuencia de la lenta demanda mundial de importaciones. El índice de precios de la carne de la FAO también cayó, perdiendo un 1,0 por ciento en octubre, debido en gran medida a la menor demanda de carne de cerdo europea por parte de los importadores en China.
El índice de precios de cereales de la FAO, por su parte, aumentó un 1,0 por ciento en octubre, impulsado por la escasez de suministros de trigo de alta calidad, aun cuando las perspectivas globales para las cosechas de trigo mundiales han mejorado.
Previsiones actualizadas para producción y existencias
La producción mundial de cereales para 2016 debería ascender a 2 571 millones de toneladas, ligeramente por encima que el pronóstico de octubre de la FAO y un 1,5 por ciento más que la producción de 2015.
La cifra actualizada, publicada hoy en la Nota informativa de la FAO sobre la oferta y la demanda de cereales, refleja una mejora sustancial de las perspectivas para la producción mundial de trigo, que ahora se espera alcance los 746,7 millones de toneladas, un aumento de 4,3 millones respecto a las previsiones de la FAO en octubre.
Se prevé que la producción de trigo de la Federación de Rusia establezca un nuevo récord, mientras que la meteorología favorable también está impulsando las perspectivas de rendimientos en Kazajstán. El aumento de la producción mundial de trigo y cebada compensa con creces el descenso esperado de 4,8 millones de toneladas en la cosecha de maíz de 2016 a nivel mundial debido a la meteorología adversa en Brasil, China, la Unión Europea y Estados Unidos de América. El pronóstico para la producción mundial de arroz se mantuvo prácticamente sin cambios.
Las primeras indicaciones de la siembra de la cosecha de trigo de invierno de 2017 en el hemisferio norte señalan que los agricultores de los Estados Unidos están reduciendo el área plantada debido a las perspectivas de bajos precios y unas previsiones de exportación moderadas por la mayor fortaleza del dólar EEUU. Sin embargo, la siembra de trigo en la Federación de Rusia y Ucrania avanzan a un ritmo mayor que el año pasado.
Mientras tanto, la siembra de las cosechas de cereales de verano de 2017 está en marcha en los países del hemisferio sur, y las condiciones meteorológicas favorables están llevando a una expansión en América del Sur. Se espera que la superficie de maíz plantada en Argentina aumente un 6,0 por ciento respecto al nivel alto del año pasado.
La utilización total de cereales para la temporada 2016/17 se prevé ahora en 2 562 millones de toneladas, ligeramente superior en relación a octubre y un 1,7 por ciento más que hace un año.
Un motivo primordial de la mayor utilización de los cereales es el uso mundial de piensos, que probablemente se expandirá un 2,7 por ciento. Se prevé que el uso de trigo para piensos, -impulsado por un suministro amplio de trigo de menor calidad-, crezca un 6,1 por ciento y alcance los 146,6 millones de toneladas, un récord histórico.
El consumo mundial de cereales se calcula en 1 106 millones de toneladas, un 1,3 por ciento más que el año anterior y suficiente para mantener un nivel de consumo per cápita estable a nivel mundial.
Las existencias mundiales de cereales podrían llegar a cerca de 662 millones de toneladas al final de las temporadas de 2017, impulsadas por los crecientes inventarios de trigo, especialmente en China, Estados Unidos y Rusia. Se prevé que las existencias de cereales secundarios se reduzcan un 1,7 por ciento, lastradas por las reducciones en China, Brasil y Sudáfrica. Se espera que los inventarios mundiales de arroz bajen ligeramente y se sitúen en 169,8 millones de toneladas.