Amonificación de Pastos en México

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En el trópico mexicano, la mayor abundancia y calidad de los forrajes se obtiene durante la época lluviosa. Este superávit de forraje, de no pastorearse adecuadamente, madurará y perderá su calidad nutricional. Por esa razón se han desarrollado tecnologías para aprovechar este material sobrante, como son el ensilaje y el amonificado.

El ensilado representa una excelente opción; sin embargo, en la mayoría de las veces, no se cuenta con la maquinaria necesaria para llevarlo a cabo. Es aquí donde entra la amonificación, metodología que presenta las siguientes ventajas:

  • Fácil adaptación a pequeños productores.
  • No requiere maquinaria especial.
  • Permite amonificar pastos en verde y en seco.
  • Conserva la proteína verdadera.
  • Mejora la calidad de los insumos.
  • No existen malos olores ni atracción de insectos.

La amonificación de pastos es una opción que permite al pequeño productor mejorar la calidad nutricional del material, así como usar los insumos de mayor disponibilidad, menor precio y facilidad de manipulación.

En los pastos de corte entre 45 a 60 días de rebrote son excelentes para la aplicación de esta tecnología; también los árboles leguminosos y tubérculos como la yuca, camote, papa, frutos de plátano, semillas y granos de cereales son excelentes para este aprovechamiento.

No obstante, las pacas henificadas son la mejor opción para los productores del trópico mexicano.

Para realizar la amonificación de pacas se necesita contar con urea, agua, una bolsa plástica, regadera de jardín y el material a tratar. El amonificado se realiza con urea a 3%, disolviendo en dos litros de agua y mezclando de forma homogénea la urea, la mezcla se aplica con regadera de jardín directo en la paca, no necesariamente molida.

Una vez humedecido el material uniformemente se pone en una bolsa plástica negra cerrando con un nudo, se deja reposar en la sombra por 15 días, posteriormente se ofrece al ganado.

Un bulto de urea de 350.00 pesos sirve para preparar 1,300 kilos de forraje seco, lo que implica un costo de 30 centavos por kilo, incluyendo la bolsa y la mano de obra.

Así, un kilo de paca de 1.20 pesos costaría 1.50 pesos. Sin embargo, un material con mucha fibra y baja digestibilidad se transforma en un material de excelente asimilación y buena calidad nutricional. Con ello, las ganancias en productividad pagan sobradamente la inversión.

 

Fuente: El Economista

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