La paratuberculosis bovina continúa siendo una enfermedad muy preocupante para las autoridades sanitarias uruguayas y para las empresas productivas de leche y carne.
Por eso, el doctor Wells Scott, experto de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos), uno de los tantos panelistas de las Jornadas de Buiatría 2015, iniciará en septiembre un trabajo técnico en Uruguay durante seis meses, para analizar la situación de la enfermedad y marcar un posible camino a seguir.
Scott dijo en el marco de las 43ª. Jornadas uruguayas de Buiatría —organizadas por el Centro Médico Veterinario de Paysandú— que la paratuberculosis «es una de las enfermedades infecciosas más costosas para la industria láctea de Estados Unidos» y aseguró que los productores «deberían adoptar medidas de manejo para el control de la transmisión del Microbacterium avium para tuberculosis (causante de la enfermedad)».
El especialista remarcó la necesidad de contar con una maternidad (sistemas de cría de terneros conocidos como guacheras) limpia y seca, a la vez que debe ser protegida del estiércol del ganado adulto.
Scott sostuvo que los terneros deben ser alimentados con el calostro de vacas sanas; animales que hayan dado negativo a las pruebas de paratuberculosis o el uso de sustitutos lácteos o leche pasteurizada para alimentar terneros.
Foto. Scott Wells (EE.UU) y Andrés Gil de la Facultad de Veterinaria (Uruguay)
También pidió «lograr la mínima exposición de terneros y vaquillonas al estiércol del ganado adulto, así como también la necesidad de evitar la contaminación de bebederos y comederos del ganado adulto». El investigador de la Universidad de Minnesota recomendó «la identificación y sacrificio del ganado adulto que contribuye mayoritariamente a la carga de infección, testeándolos o por observación clínica». También recomendó la adquisición de nuevos ganados en rodeos de bajo riesgo, «basados en un test previo del ganado e historial clínico de la enfermedad».
Explicó que una de las primeras exposiciones potenciales a la contaminación fecal de las vaquillonas lecheras de remplazo proveniente de las vacas adultas que están infectadas, se registra «en las primeras horas de vida, en el potrero de parición». Por eso, sostuvo que la evaluación del riesgo del rodeo «tiene un énfasis en esta área, con recomendaciones como el uso del potreros de parición individuales que son limpiados entre sucesivos usos».
Muy buen artículo y éxitos en la investigación.