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Transferencia Tecnológica para Producir Mejores Lácteos Bubalinos

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Expertos internacionales realizaron acciones de transferencia tecnológica dirigidas a actores de la cadena láctea bubalina del Noreste Argentino.

En el marco del Proyecto INTI-Unión Europea “Mejora de las economías regionales y desarrollo local”, profesionales del Centro INTI-Lácteos de la Argentina junto a expertos internacionales realizaron acciones de transferencia tecnológica dirigidas a actores de la cadena láctea bubalina en las provincias argentinas: Corrientes, Formosa, Misiones y Buenos Aires.

El objetivo del Proyecto es acercar tecnología a las Pymes y MiPymes de las regiones más postergadas del país, como lo son el Nor este argentino (NEA) y el No oeste argentino (NOA). En este marco, INTI-Lácteos llevó a cabo una serie de actividades haciendo eje en la transferencia de tecnología, orientadas a establecimientos que elaboran productos lácteos con leche de especies no tradicionales, como la de búfala.

Dicha iniciativa tuvo como acción central la visita de los doctores Humberto Tonhati (Brasil) y Angelo Citro (Italia), ambos expertos internacionales del sector bubalino. El primero tiene una vasta experiencia en temas de mejoramiento genético de razas bubalinas, mientras que el segundo en elaboración de quesos hilados.

Argentina: país con tradición de Crianza Bubalina

Es importante tener presente estas cifras:

  • Los búfalos de río -subespecie que representa el 70% de la población mundial de búfalos de agua- producen entre 1.500 y 4.500 litros de leche por lactación.
  • Tienen una vida productiva mayor que la del ganado vacuno, dado que siguen proporcionando crías y leche después de los 20 años de edad.
  • En Argentina existen aproximadamente unos 90 mil ejemplares (32 mil vientres en producción) de las razas Murrah, Mediterránea, Jafarabadi y mestizas, lo que representa la tercera población de América, detrás de Brasil con 3.5 millones y Venezuela con 350 mil ejemplares.
  • La región NEA concentra el mayor número de búfalos, particularmente las provincias de Corrientes y Formosa agrupan 60 mil animales de esta especie, de acuerdo a datos aportados por el SENASA argentino en 2014.

Las condiciones de producción no escapan a las generales de las observadas en el NEA, es decir, unidades de producción de pequeño tamaño en relación a las producciones lecheras de la región pampeana, menor acceso a tecnologías, escasa infraestructura logística y comercial, y recursos humanos sin la formación técnica adecuada. Teniendo en cuenta este contexto, resulta imprescindible desarrollar acciones de asistencia técnica y capacitación productiva, como la que lleva adelante el INTI; donde se conjugue la vinculación entre instituciones nacionales y regionales así como la transferencia de tecnología que contribuyan al desarrollo de zonas productivas lácteas extra-pampeanas.

En este sentido se apuntó a fortalecer el entramado productivo de la lechería bubalina a partir de la formación de personal de INTI-Lácteos, de centros INTI en el NEA, de instituciones técnicas de la región, de actores locales -como productores primarios e industrializadores-, de organismos públicos y privados y de proveedores de insumos y equipamientos. Las actividades realizadas se orientaron tanto a la producción primaria como a la elaboración y comercialización de productos lácteos bubalinos; además se realizaron clínicas tecnológicas en establecimientos y visitas técnicas al Centro INTI-Lácteos.

Los resultados de esta misión serán plasmados en un cuaderno tecnológico elaborado por los expertos Tonhati y Citro, con la participación técnica y traducción del veterinario Carlos Cañameras y la licenciada Marina Cornacchini, ambos profesionales de INTI-Lácteos. El propósito es que los productores dispongan de una herramienta práctica para aumentar la rentabilidad en la producción de quesos hilados bubalinos. Asimismo, este cuaderno constituye el punto de partida para futuras acciones de asistencia tecnológica con el objetivo que los productores agreguen valor a sus productos

¿Por qué el trabajo se hizo en esta región?

En el NEA se concentran el 85% de los búfalos de la Argentina. La región cuenta con características climáticas y ambientales propicias para el desarrollo de esta especie. Las unidades productivas tienen dificultades para acceder a la tecnología, disponen de escasa infraestructura logística y comercial y sus recursos humanos aún no cuentan con la formación técnica adecuada .

La Red tiene como propósito difundir e implementar las tecnologías de gestión para mejorar la productividad de las pymes de la región. De esta manera, el INTI constituye una red nacional de especialistas para la difusión, capacitación y asistencia a empresas en tecnologías de gestión, creando nodos en distintas regiones del país y una coordinación en Buenos Aires. Actualmente, está integrada por 14 nodos con aproximadamente 60 asesores.

¿Por qué mirar a Italia y Brasil?

Italia, además de poseer una antiquísima tradición en la elaboración y consumo de Mozzarella de Búfala, también desarrolló la raza Mediterránea, de alta calidad en producción lechera. Además cuenta con una Denominación de Origen Protegida: la Mozzarella di Búfala Campana (www.mozzarelladop.it).

Brasil cuenta con la mayor población de búfalos de Sudamérica y una calidad genética de excelencia. La cadena láctea de esta especie posee una tradición de muchos años, incluyendo un vasto centro de consumo de Mozzarella de Búfala en la ciudad de San Pablo y sus alrededores (por la presencia de una importante colectividad de origen italiano, gran demandante de este producto).

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El valor del queso artesanal como emblema gastronómico: la experiencia uruguaya

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Un estudio revela el impacto del fuego en los suelos de los Andes peruanos

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Los suelos volcánicos de Arequipa, una de las regiones más secas del mundo, no están adaptados al fuego.

En septiembre de 2018, un incendio arrasó casi dos mil hectáreas de matorral en el volcán Pichu Pichu, una zona de alto valor ecológico en los andes peruanos. A diferencia de los ecosistemas mediterráneos, donde la vegetación ha desarrollado estrategias para resistir el fuego, los suelos volcánicos de Arequipa, una de las regiones más secas del mundo, no están adaptados al fuego. Un equipo de investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), de España, y de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa, en Perú, ha recogido y analizado muestras de suelo de la zona incendiada, a 3.700 metros de altitud, para comprender cómo estos frágiles ecosistemas responden a la perturbación por incendio.

Los resultados, publicados en la revista Spanish Journal of Soil Science, indican que, cuatro años después del incendio, la combustión de la vegetación y el suelo y la erosión han causado una grave pérdida de carbono orgánico, un elemento esencial para la fertilidad del suelo. “Los Andes peruanos no están preparados para los incendios”, advierte Jorge Mataix Solera, catedrático de la UMH y experto en edafología con más de treinta años de experiencia en la recuperación de suelos quemados. Mataix recalca que, si bien el fuego es una fuerza ecológica natural, sus efectos pueden variar mucho dependiendo del ecosistema. Según se desprende del análisis realizado, el suelo del Pichu Pichu se ha degradado física y químicamente tras el incendio, por lo que la regeneración del ecosistema será más difícil. Además, la erosión producida tras el incendio ha desencadenado más procesos degradativos, reduciendo por ejemplo el contenido de arcilla, lo que debilita aún más la estructura del suelo.

Uno de los problemas detectados en estos suelos áridos es su tendencia natural a repeler el agua debido al tipo de materia orgánica que, junto con su alto contenido de arena, es un fenómeno que persiste tras el incendio. Sin vegetación para retener la humedad y la repelencia al agua, ésta se desliza en la superficie en lugar de infiltrarse, lo que acelera la erosión del suelo. “Mientras que los suelos bien estructurados y evolucionados como los mediterráneos poseen una elevada capacidad de retención hídrica, los suelos volcánicos andinos, muy jóvenes y arenosos, tras la pérdida de materia orgánica en el incendio pierden la capacidad de retener agua” explica la investigadora de la UMH Minerva García Carmona. “Por eso es tan importante conocer las consecuencias del fuego en este tipo de suelos jóvenes y frágiles”, declara la experta, “y un factor determinante es cómo influyen las plantas en el suelo, que son las que conforman el material combustible en el incendio”.

El estudio se centró en dos especies nativas con un papel clave en el ecosistema: Berberis lutea, conocida como ‘palo amarillo del Perú’, y Parastrephia quadrangularis, llamada ‘Tola’. Los investigadores analizaron si el fuego había afectado de manera diferente a los suelos según la vegetación predominante. Descubrieron que en las zonas dominadas por el palo amarillo la degradación fue más severa. “Es una planta más grande, con mayor biomasa, lo que seguramente intensificó los efectos de la combustión en el suelo”, aclara García.

El equipo de investigadores de la UMH conoce bien las consecuencias de un incendio en los bosques mediterráneos, más resilientes al fuego por su evolución histórica con la presencia del fuego que ha llevado a desarrollar múltiples estrategias de resistencia y resiliencia. Ahora, sus descubrimientos en el volcán Pichu Pichu reafirman la evidencia de que los suelos volcánicos de la región de Arequipa, que de forma natural retienen menos agua, se pueden ver particularmente degradados con la presencia de incendios, lo que acrecenta su vulnerabilidad a esta perturbación.

El Pichu Pichu se encuentra en la zona volcánica central de los andes. Los investigadores de la UMH recogieron muestras de suelo a unos 3.700 metros sobre el nivel del mar, donde las precipitaciones, de apenas 385 mm anuales, se concentran en tres o cuatro meses del año. De manera que la región de Arequipa se considera un ‘desierto frío’ -las temperaturas van de los 4 a los 18 grados centígrados- y la vegetación se compone principalmente de matorral muy adaptado a la sequía extrema.

Debido a las escasas precipitaciones, el cinturón volcánico de los Andes es una fuente de agua crucial para las áreas adyacentes. “Si bien Pichu Pichu está dominado por matorral, las faldas de la montaña están también cubiertas a una cierta altitud de bosque y albergan una gran diversidad de especies animales y vegetales”, señala el profesor de la UMH. A las faldas del volcán, se encuentran los bosques de queñuales (Polylepis), cuyas especies endémicas del Perú se encuentran en peligro de extinción.

El investigador de la UNSA Lunsden Coaguila explica que “no es fácil tomar muestras de suelo a tanta altitud”. En el estudio, realizado en colaboración con investigadores de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (UNSA), ha sido crucial la colaboración de la Comunidad Campesina Polobaya y la de la Comunidad Campesina Pocsi, que han permitido el acceso a las áreas de toma de muestras. “También, hemos contado con el apoyo del Servicio Forestal y de Fauna Silvestre de Arequipa”, relata el experto.

En Perú, la mayor parte de los incendios se producen de julio a octubre. El proyecto de vigilancia por satélite Queimadas registró un máximo histórico de 7.037 focos en septiembre de 2024. “En una región como Arequipa, situada en una zona desértica, comprender el papel de los suelos bajo nuevos regímenes de incendios es esencial para evaluar la resiliencia de estos ecosistemas frente al cambio climático”, afirma el investigador de la UMH.

Mataix opina que, cuanto más sepamos, más podremos ayudar a diseñar estrategias de prevención y de tratamiento postincendio que ayuden a mitigar los efectos del aumento de las temperaturas y de la sequía intensificada. “Es tan necesario en Perú como en España”, concluye el experto, “aunque el fuego es un fenómeno natural, la crisis climática está exacerbando estos fenómenos y debemos hacer todo lo posible para adaptar los ecosistemas a las nuevas circunstancias y hacerlos más resilientes”.

 

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