Transferencia de Embriones Producidos In Vitro, Donadoras y Receptoras

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Autor: Carlos Francisco Castillo Jiménez. Médico Veterinario de Ejercicio Libre (Venezuela)

El desarrollo comercial de la Aspiración Folicular Transvaginal Guiada por Ultrasonido (OPU)  y la  Fertilización In Vitro (FIV), ha sido relativamente reciente. A nivel experimental y de investigación desde finales de los años 80 diferentes equipos a nivel mundial comenzaron a desarrollar la técnica, pero es luego del año 2002 que se inician los trabajos comerciales a mediana escala orientados a la ganadería de carne de alto valor genético, especialmente en países como Brasil.

Como toda técnica novedosa sus inicios tienen resultados inconsistentes y un alto costo, sin embargo en la actualidad ha pasado a ser una tecnología accesible a grupos de productores que desean maximizar el aprovechamiento de hembras bovinas valiosas e incluso semen de alto costo o difícil de conseguir.

En síntesis las posibilidades que ha abierto la OPU y FIV para la ganadería bovina son prácticamente ilimitadas en lo relacionado a aspectos comerciales, intercambio de genética, y programas masivos de producción de ejemplares superiores a costo razonable,  todo esto en menos tiempo que los resultados obtenidos con biotecnologías de primera generación.

Esta técnica aumenta la influencia de vacas superiores dentro de los diferentes rebaños puros o mestizos.Mediante la aplicación de esta biotecnología, por cada sesión de aspiración folicular podemos obtener al menos seis embriones transferibles, de los cuales la mitad lograra nacer. Puede parecer un número bajo pero los trabajos de OPU-FIV pueden ser realizados de forma mensual, con vacas vacías y hasta los 120 días de preñez, intervalo que nos permite producir un número considerable y superior a la meta de 1 becerro por vaca por año.

El objetivo del presente artículo no es discutir los aspectos estructurales de la técnica y los procesos llevados a cabo en el laboratorio de Fertilización In Vitro, sino dar una serie de recomendaciones, para el ganadero que desea emprender un programa de OPU-FIV en sus rebaños para que obtenga el mayor éxito posible garantizando así un retorno económico y su permanencia en el tiempo realizando la técnica.

Selección de Donadoras

Las vacas que van a ser seleccionadas como donadoras son aquellas cuya influencia genética se desea aumentar en el rebaño. Este criterio es bastante subjetivo porque el significado de “valiosa” difiere un poco entre productor y Médico Veterinario. Es necesario orientar el criterio de selección  hacia un punto medio basado en la vaca ideal que quiere alcanzar la finca, el fenotipo propio de la raza, con excelente desempeño productivo y reproductivo. Los aspectos más importantes en la selección de donadoras son los siguientes:

1.  Edad: vacas de tercer parto o novillas de genealogía sobresalientes son las más idóneas para ser donadoras; las primeras porque ya tienen suficiente información sobre su producción (lactancias, peso de las crías, viabilidad de las crías e historial reproductivo); y las segundas, novillas hijas de padres superiores, junto al desarrollo y el peso acorde a su edad, son también candidatas a ser donadoras de ovocitos (Pontes et al 2010).

2.  Estado fisiológico: las donadoras además de ser vacas sobresalientes dentro de un rebaño deben ser fértiles y con actividad cíclica. Reunir esos dos parámetros puede ser complicado. Las demandas nutricionales unidas a la lactancia y cría de un becerro afectan negativamente la cantidad y calidad de ovocitos que se pueden obtener en la OPU. Las vacas secas tienen mayor producción y calidad en los ovocitos,  pero no es sencillo para los productores mantener a sus mejores vacas secas.

3.  Sanidad: las vacas deben estar libre de enfermedades, en especial aquellas que afectan la reproducción y deben tener pruebas diagnósticas de brucelosis y tuberculosis  al día. Así mismo estar al día con las vacunas obligatorias y necesarias según la incidencia de enfermedades de la zona donde se ubica la finca.

4.  Condición corporal: es recomendable que la vaca donadora de ovocitos se encuentre en una condición corporal ideal, 3,5 puntos para vacas lecheras (escala del 1 al 5)  y 7 puntos para vacas de carne (escala del 1 al 9). La alimentación de las donadoras debe controlarse y se deben corregir las deficiencias nutricionales para cubrir por completo sus requerimientos; así mismo se debe evitar modificaciones drásticas en la ración porque pueden afectar la producción de ovocitos (González, 2011).

5.  Fenotipo: las hembras donadoras a seleccionar deben reunir las características propias del biotipo bovino según su raza o aptitud; vacas de carne deben tener gran capacidad corporal, denotar aptitud para depósito muscular, cuerpo largo y femenino. Las vacas lecheras se ajustan a un tipo anguloso, con capacidad corporal que denote habilidad para el consumo de alimentos, ubre grande, bien insertada, y ligamentos fuertes. Para ambos casos es deseable aplomos correctos, ausencia de defectos corporales como pezones supernumerarios, cérvix tortuoso, adherencias ováricas.  En general las donadoras tienen todas las características deseables que se desean extender en un rebaño.

6.  Evaluación genética: dentro de las posibilidades de la finca y la cantidad de datos existentes en los registros, pueden realizarse estimaciones de los valores de cría dentro del rebaño y seleccionar como donadoras solo vacas que sean de producción comprobada superior a la media del rebaño. En la actualidad existen a nivel internacional laboratorios de genética molecular que también permiten la evaluación de donadoras identificando animales sobresalientes.

Debido a la facilidad de comercialización de la OPU-FIV-TE, son muchas las fincas que desean implementar esta tecnología pero no disponen de donadoras o desean comprar a un precio más accesible animales de alto valor genético. La venta de genética de donadoras entra en juego porque en líneas generales reúnen lo anteriormente planteado además de satisfacer las demandas del cliente.

Las condiciones de la venta de genética también se ajusta a las  características del cliente y vendedor, siendo posible que el comprador escoja las donadoras o el toro que será usado en la FIV; así mismo la empresa encargada del proceso de OPU-FIV debe dar asesoría sobre cuales donadoras producen más embriones y cuales toros generan mejores resultados a nivel de laboratorio.

Imagen 1. Vaca Gyr (donadora), Haciendas Basa, Leopoldina, MG. (Foto propiedad del autor)

Selección de Receptoras

Las hembras que se encargarán de llevar a término los embriones producidos en el laboratorio son a consideración de muchos, el punto crítico de todo el proceso de  Transferencia de Embriones a Tiempo Fijo (TETF).

Los resultados medidos como tasa de preñez es lo que más importa al productor,  es decir el número de “vacas preñadas de embrión”.

Las receptoras que forman parte del programa deben reunir las siguientes características:

1.  Identificación: a pesar de estar sobreentendido que es necesario que todos los animales de una finca estén identificados, esto debe ser recalcado sobre todo en las receptoras porque son un rebaño de mayor volumen que las donadoras. Deben estar identificadas de forma única, visible fácilmente y permanente para facilitar el programa de TETF desde el comienzo.

2.  Edad y desarrollo corporal: es deseable que las receptoras sean hembras jóvenes, mayores a 24 meses. Además de la edad es importante el desarrollo corporal acorde a la edad y que hayan alcanzado el 75% del peso adulto. En caso de que sean hembras adultas deben tener condición corporal mayor a 3,5 (escala del 1 al 5) en ganado de leche, y mayor a 7 (escala del 1 al 9) en vacas de carne. Las novillas y vacas secas son de preferencia mejores receptoras (Gaitoski y Salgueiro, 2014) que vacas en lactancia, debido a las demandas nutricionales que implica la producción de leche y/o cría de un becerro.

3.  Sanidad: el plan sanitario al cual son sometidas las receptoras debe ser riguroso para minimizar las pérdidas embrionarias a causa de enfermedades generales y reproductivas. Todos los estados que alteren la salud de la receptora afectan negativamente la viabilidad del embrión. Por ello es necesario adaptarlo a las condiciones propias de la finca según la incidencia de enfermedades. De forma general se puede recomendar adicional a las vacunas obligatorias, vacunación contra IBR, DVB y Leptospirosis. La cadena del frío, las fechas de vencimiento, y el modo de aplicación deben ser monitoreados durante el proceso.

4.  Aptitud reproductiva de las receptoras: el éxito de la TE dependerá de que las receptoras posean un aparato reproductivo con desarrollo normal, sin alteraciones anatómicas  en el cérvix y útero. Así mismo, deben estar ciclando correctamente porque todo el proceso de TE va de la mano con el programa de sincronización de celo que aunque se basa en hormonas exógenas, es deseable que las vacas no tengan alteraciones del ciclo estral para garantizar una buena respuesta al protocolo.

Imagen 2. Lote de receptoras F1 Bos Taurus de carne- Nelore, usadas como receptoras de embriones Holstein. (Foto propiedad del autor)

La selección de hembras receptoras se inicia con una visita de diagnóstico inicial donde son evaluadas individualmente; dicha evaluación se realizará por dos métodos, palpación rectal y ultrasonido transrectal.

Mediante la evaluación se busca el cérvix sin anormalidades, tono de los cuernos uterinos, y la presencia de estructuras palpables en el ovario. Luego se procede con el ultrasonido a confirmar lo diagnosticado por palpación, así como confirmar que se encuentre vacía para evitar tomar vacas o novillas preñadas recientemente (mayores a 28 días de preñez).

La selección y sincronización de receptoras es lo que define las fechas de aspiración folicular, fertilización in vitro de ovocitos y su transferencia. Según el número de receptoras disponibles se organiza la cantidad de vacas donadoras a OPU, y se determina un estimado de ovocitos necesarios.

La cantidad de ovocitos necesarios para producir un determinado número de embriones viene dada según los parámetros de rendimiento que utiliza el laboratorio,  además del histórico de raza, finca, época del año, etc.

Sí un cliente puede no dispone del número necesario de receptoras, ó igualmente luego de la evaluación se pudo determinar  que sus vacas no están aptas para ser receptoras; se puede realizar el proceso de vitrificación de los embriones producidos.

Para ello debe tomarse en cuenta que no todos los embriones producidos son aptos para el proceso de vitrificación, por lo que un  porcentaje bajo es descartado cuando no existe disponibilidad para ser transferido en fresco.

Los  embriones vitrificados  pueden ser almacenados por el Laboratorio de FIV o pueden estar a resguardo del cliente, siempre en nitrógeno líquido. La primera opción es la más económica y recomendable debido a que cuando deseen utilizarse los embriones es necesario realizar un proceso de desvitrificación que necesita personal de laboratorio que conozca cómo llevarlo a cabo.

En la actualidad algunos laboratorios desarrollan nuevas técnicas de desvitrificación de embriones, para que éstos puedan transferirse directamente a semejanza de los embriones congelados producto de programas de superovulación, que se descongelan en agua y transfieren a la receptora.

Por norma general el ganadero posee las donadoras y las receptoras de los futuros embriones, es por ello que debe orientarse todo el esfuerzo de la finca hacia un manejo óptimo de ambos grupos de hembras, con la finalidad de minimizar todos los factores que vayan en detrimento de una baja producción de ovocitos por parte de las donadoras y a su vez que en el grupo de hembras receptoras se lleven a su mínima expresión todos los factores que sean contrarios a la implantación del embrión y posterior preñez. Este manejo debe ser realizado de forma conjunta entre todo el personal que maneja el ganado, es decir, el propietario, el personal de la finca y el Médico Veterinario.

Finalmente como todo cambio que se quiera llevar a cabo en la producción ganadera es necesario que influya positivamente en el ejercicio económico para que el uso de la biotecnología de OPU-FIV pueda ser sostenido a lo largo del tiempo. Así mismo en nuestro país contamos con  Médicos Veterinarios capacitados en esta área, que pueden contribuir a la aplicación de estas biotecnológicas reproductivas para aumentar la producción de carne y leche en un país.


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