¿Ha tenido dificultades para levantar una carga pesada o en hacer una tarea riesgosa que podría lastimarlo? Esto lo han pensado más los trabajadores de fábricas o, en nuestro sector, los operadores en frigoríficos y procesadores de leche, donde sus funciones demandan estos riesgos.
Para mitigar o eliminar estas complicaciones, investigadores en universidades pasando por emprendimientos emergentes (startups) y las grandes compañías han desarrollado métodos han desarrollado aparatos que buscan hacerle más fácil la vida a los trabajadores.
Con el fin de solucionar estos problemas, se han desarrollado artefactos como exoesqueletos o manos robóticas, que si bien han sido pensadas para otros campos, bien podrían aplicarse al sector ganadero.
La Corporación Australiana de Procesadores de Carne (AMPC) incluyó algunos trabajos que están haciendo en investigación y desarrollo (I+D) con estas nuevas tecnologías para facilitar a los trabajadores, como lo describió un artículo de Beef Central. Aquí le contamos cuáles son.
Impresión 3D
AMPC firmó un contrato con Markforged y Konica Minolta para establecer un modelo de servicio de impresión 3D para la industria cárnica, la primera en el mundo, para ayudar a los procesadores de carne roja de Australia a imprimir piezas de equipos.
“Dos impresoras 3D industriales serán enviadas a plantas de procesamiento. Se capacitará al personal de procesamiento para que los utilice, de modo que se pueda evaluar si comprar una unidad permanente sería una buena inversión”, anunció Chris Taylor, CEO de AMPC.
Como parte del programa, se instalará una unidad industrial 3D de impresión de metales en la fábrica de Konica Minolta en Sydney dedicada a la fabricación de piezas de procesamiento de carne.
Robots remotos
AMPC está explorando el potencial de emparejar a un empleado con un dispositivo habilitado por un robot en la sala de producción, denominado “robot sombra” o shadow robot en inglés, dada su característica de replicar los movimientos que las personas efectúan.
Con esto no solo se aprovecharían las habilidades del personal, sino que además se apartarían sus manos de las tareas peligrosas, como las operaciones con sierras.
El beneficio también es para evitar la fatiga durante las jornadas, proporcionando mayor seguridad a los trabajadores y, de este modo, aumentando la productividad con la automatización o semiautomatización de determinadas etapas en el proceso de beneficio.
Un robot sombra es capaz de imitar con precisión las acciones humanas, lo que significa que es ideal para tareas donde se requiere destreza o habilidad, pero donde es mejor, a menudo por razones de seguridad, si una persona no tiene que realizar la tarea directamente.
En la NASA y en las principales universidades se utilizan manos robóticas altamente avanzadas. O en el campo de la medicina, donde un médico puede operar a su paciente localizado a cientos de kilómetros por medio de un robot que reproduce sus movimientos de forma exacta.
Exoesqueletos
Otra propuesta es el uso de exoesqueletos mecánicos o robóticos, para potenciar las capacidades de las personas y ayudar en actividades que requieren mucha fuerza.
Consiste en un armazón externo que se acopla a los brazos y piernas de las personas, y un sistema de potencia de motores hidráulicos que proporciona parte de la energía para el movimiento de los miembros, de manera que brinda fuerza adicional a su portador.
La AMPC lanzó en marzo de este año un Desafío de Innovación, mediante el cual pidió a los desarrolladores de tecnología que demuestren el uso de este tipo de trajes en un entorno de procesamiento real, donde es necesario levantar o mover objetos muy pesados.
Este tipo de herramientas ya se ha probado en otros sectores y podría brindar ayuda en general para todos los trabajadores cuyas funciones demandan un gran esfuerzo físico, por lo cual incluso se podrían usar en la industria lechera para mover la leche o demás equipos.