Costa Rica ha sido reconocido mundialmente como país con riesgo insignificante de encefalopatía espongiforme bovina (EEB), enfermedad conocida como “el mal de las vacas locas”.
Así lo estableció la Organización Mundial de Salud Animal (OIE), ente competente en sanidad animal, en su 84ª Asamblea celebrada el pasado mes de mayo en Francia, y a la que asistieron alrededor de 850 participantes, en representación los 180 Países miembros, numerosas personalidades científicas y alrededor de cuarenta organizaciones internacionales, intergubernamentales, regionales y nacionales.
Costa Rica se convierte así en uno de los 41 países certificados en el mundo. En Latinoamérica gozan de esta condición Perú, Brasil, Nicaragua, Colombia Este reconocimiento permite una importante mejora en el estatus sanitario del país, lo cual refuerza la credibilidad del sistema de vigilancia, prevención y control de enfermedades en los animales, además fortifica las relaciones comerciales existentes y abre opciones de acceso a nuevos mercados.
“El reto del país será mantener este status, por lo cual extenderemos el muestreo regular en las fincas y mataderos de todo el país, a fin de diagnosticar las causas de las enfermedades nerviosas que presenten los bovinos”, comento el Director General del SENASA, Bernardo Jaén Hernández.
La obtención de este status es el resultado del trabajo conjunto que vienen realizando SENASA, ganaderos, industriales de carne y leche, además de fabricantes de alimentos balanceados para animales, entre otros productores del sector privado.
¿Que implica ser libre del «mal de las vacas locas»?
De manera similar a la Fiebre Aftosa (producida por un virus), las restricciones con el mal de las vacas locas (producida por un prion) han ido dirigidas a dificultades para el comercio de animales en pie, canales beneficiadas o subproductos de origen cárnico, por ello los países deben implantar las metodologías de monitoreo que garantice que son libres o que presentan riesgo insignificante a este proceso.