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Evaluación Genética de los Animales: Que Modelo Hemos Empleado y Que Modelo Necesitamos

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Autor: A. Menéndez-Buxadera PhD y Dr Sci. en Genética Animal. Consultor en Programas de Selección y Mejora Animal. Profesor e Investigador del Grupo Meragen, Universidad de Córdoba, España. E-mail: contact@ambuxadera.com

En producción animal existen sistemas de controles periódicos sobre la productividad de los animales (pesos vivos a diferentes edades, producción de leche mensual de las vacas, etc).También existen otros datos que se repiten a diferentes intervalos en la vida de un animal, tal es el caso de la fertilidad de la hembra, condición corporal antes del parto o el peso al destete de sus progenies. Estos datos son la materia prima que se utiliza para la evaluación genética de los animales, mediante el uso de un modelo que reúne muy buenas propiedades estadísticas conocido como BLUP y este es el procedimiento más empleado actualmente.

Generalmente los resultados de BLUP son utilizados sin mucha discusión, sin embargo, en este documento presentaremos algunas reflexiones generales sobre los modelos genéticos que hemos empleado y qué modelo necesitamos, que se espera motiven a un intercambio entre los que, de una u otra forma, se relacionan con los programas de selección.

MODELOS ESTADISTICOS APLICADOS

Todo el trabajo de selección y mejora se basa en el análisis de las variaciones del valor fenotípico (P) de uno o varios caracteres de mayor interés económico, los cuales se consideran que están altamente relacionados con los objetivos de selección. Se asume que los valores de P son la expresión individual de una gran cantidad de animales (G) manifestados y registrados en una gran amplia gama de condiciones ambientales (E). Esta simple y esquemática descripción ha posibilitado confeccionar una ecuación general sobre el cual se fundamenta la selección artificial:

(A) P = µ + G + E

donde, µ es la media general y los otros símbolos ya fueron definidos. A partir de la ecuación A se puede confeccionar un modelo estadístico de trabajo para datos de producción en condiciones prácticas:

(A1) yijk = HYSi + Gj + eijk

donde :

yijk  es el equivalente de P ( peso vivo a una edad fija o producción de leche total en primera lactancia ).

HYS  es una combinación del rebaño-año-época donde se manifestó el valor fenotípico registrado y cuya media general es el equivalente de E en el modelo A.

Gj es el efecto genético debido al animal.

eijk es un efecto común a todas las observaciones o error residual aleatorio.

En A1 se considera HYS como efecto fijo (aunque también puede ser aleatorio), mientras que Gi y eijk son aleatorios. Este modelo permite obtener una predicción del Valor Genético (VG) de los animales que son la guía para la selección artificial. Al propio tiempo, se puede estimar la importancia relativa de la varianza genética-aditiva con respecto a la variabilidad total, es decir la heredabilidad (h2) del carácter.

De acuerdo a la teoría de la genética cuantitativa, el parámetro h2 solo es aplicable a la media de la población, periodo de tiempo y condiciones ambientales donde fueron estimados, mientras que el VG representa la desviación de G respecto a la media de HYS, la cual está ponderada por h2. Lo expuesto implica que estos parámetros son los mismos a lo largo de la trayectoria de ambiente representado por HYS, en otras palabras se asume que la interacción genotipo ambiente (IGA) carece de importancia. Existen muchas evidencias en la literatura de que los efectos de IGA son reales, muchas de las cuales se han verificado en varios de nuestros países.

Veamos con un simple ejemplo algunas de estas incoherencias. Para ello se llevó a cabo un detallado análisis de las causas de variación de 226402 lactancias (305 días de lactancia-L305) de 105953 vacas Holstein hijas de 519 sementales, mantenidas en las condiciones de Cuba. Estos datos se analizaron con un modelo lineal de Regresión Aleatoria (RA) cuyas propiedades estadísticas son equivalente a las del modelo A1, pero expresando los resultados como función del nivel del ambiente HYS.

Los resultados de este análisis se mostró en figura previa, indicaron que tanto las varianzas genéticas como la h2 del carácter aumentan en función del nivel de producción del rebaño, o lo que es lo mismo en nivel del incremento del nivel de ambiente. Esta tendencia es muy semejante a publicaciones realizadas tanto en países templados como tropicales.

El procedimiento de RA, permitió además estimar las correlaciones genéticas para L305 a lo largo del nivel de producción del rebaño, los resultados se muestran en la siguiente figura

De acuerdo a estos resultados, las correlaciones genéticas (rg) son muy cercanas a la unidad entre niveles de producción adyacentes, representados en la línea central del grafico, es decir cuando las condiciones de manejo y alimentación son bastantes similares. Sin embargo, los verdaderos problemas se ponen de manifiesto entre niveles de producción extremos y las rg son significativamente diferentes de la unidad indicando que existe IGA, de manera que los mejores sementales pueden no ser los mejores en todas las condiciones de ambiente.

Los resultados presentados en estas dos figuras implican que no se cumplen las dos premisas básicas mencionadas, de manera que el proceso de selección en base al modelo A1 puede no estar bien aplicado en toda la trayectoria de condiciones de manejo y alimentación de los rebaños. Fatalmente estas evidencias no han sido totalmente tomadas en cuenta en los programas de selección y mejora en condiciones tropicales. Estos ejemplos no pretenden demostrar que el BLUP es sesgado, sino que los elementos que se asumieron son incorrectos y deben ser modificados.

Para demostrar los riesgos que pueden incurrirse con este procedimiento se presenta la siguiente figura con la evolución del VG a lo largo de los niveles de producción del rebaño.

 

 

Nótese el cambio en el orden de merito y los mejores sementales en niveles altos de producción no son los mejores en los niveles bajos. Esto es la manifestación de IGA, la cual no es una particularidad de estos datos sino que se ha demostrado en numerosos países de América Latina. Tenemos evidencias de que esta es la misma respuesta si se consideran los VG de sementales importados de países templados (niveles altos) y la respuesta en el trópico (niveles bajos). Nótese igualmente que en el centro de la figura, prácticamente no existen diferencias entre los VG de estos sementales y este punto corresponde precisamente con la media de todos los datos empleados, es decir la media de todos los HYS y esta es la única información que se obtendría con un modelo del tipo A1. Si la selección se aplica según estos estimados del VG cualquiera de los 10 sementales representados en la figura anterior pueden ser padres de la próxima generación, ya que pertenecen al grupo clasificado como Elites.

Cuando se aplica RA los VG de cada semental se estiman en función del ambiente y precisamente estos modelos son los únicos que proporcionan la información necesaria para seleccionar los mejores sementales acorde a las condiciones donde se explotaran sus futuras progenies. En la literatura actual sobre mejora genética esta es una herramienta muy poderosa para incrementar la capacidad de adaptación a las condiciones ambientales imperantes. Lo importante de esta respuesta obtenida mediante los modelos de RA es que nos permite estimar la magnitud de los cambios en los VG en las diferentes condiciones de ambiente, lo que se conoce como Plasticidad, una propiedad biológica de los organismos vivos que se está actualmente en algunos trabajos de Genética Animal. De acuerdo a ello, los animales se pueden clasificar como Robustos cuando su comportamiento es estable en toda la trayectoria de niveles de ambiente y Plásticos en caso contrario. Estos resultados son muy confiables, los sementales representados tienen 180 progenies promedios para los Plásticos y 650 para los Robustos. Es necesario apuntar que estas características son intrínsecas del genotipo animal, de manera que siempre se trasmiten de una generación a la próxima, los modelos de Regresión Aleatoria solamente pueden proporcionar esa información. Les corresponde a los encargados de esta actividad actuar en consecuencia. Lo mostrado hasta aquí solo es una parte de las ventajas del uso de los modelos de RA.

A manera de conclusión se presenta la tabla siguiente:

MODELO ACTUAL MODELO NUEVO
Un modelo en el cual el componente genético se estima como desviación del ambiente

Yijk = HYS + Gj + eijk

VG = Gj

Hay que asumir:

• Varianzas y covarianzas genéticas homogéneas en toda la trayectoria de ambiente representados por HYS.

• Un VG único para cada animal el cual es válido en toda la trayectoria de ambiente representado por HYS.

 

Un modelo en el cual el componente genético se estima cómo función del ambiente (amb)

Yijk = HYS + Gj(amb) + eijk

VG = Gj (amb)i

No hay que asumir nada a priori:

• Las varianzas y covarianzas genéticas se estiman en función del ambiente.

• Cada animal se evalúa mediante una función, por lo tanto su VG depende del nivel de ambiente

 

 

Fuente: Perulactea. Envío especial del autor.

 

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Optimizando el uso del semen sexado

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El semen bovino se debe descongelar a 35°C durante 45 segundos. Si esta temperatura no es exacta, una descongelación inadecuada puede afectar la calidad y viabilidad del semen.


Por: JODEE SATTLER (Estados Unidos)

Durante la segunda mitad del siglo XX (aproximadamente de 1955 a 2005), el rendimiento reproductivo del ganado lechero disminuyó considerablemente. Una variedad de factores –desde una mayor producción de leche, hasta una mayor endogamia y una nutrición inferior a la óptima– pueden haber contribuido a este retroceso.

Fisiólogos reproductivos, genetistas y otros expertos colaboradores de la industria láctea, algunos de ellos fueron convocados por el Consejo de Reproducción del Ganado Lechero de los Estados Unidos (DCRC, por sus siglas en inglés) para revertir esta tendencia negativa de la reproducción.

Durante la Reunión Anual del DCRC de 2022, el Dr. Paul Fricke, profesor de reproducción de ganado lechero de la Universidad de Wisconsin y especialista en Extensión, describió la “reversión”, es decir este gran cambio que comenzó en 2002, como una «revolución en la reproducción».

«El espectacular aumento de la reproducción se ha producido durante la última década (más o menos)», decía Fricke.

Si bien la mejora de la genética, la nutrición y los protocolos de manejo ayudaron a mejorar la reproducción del ganado lechero, la adopción de programas de fertilidad, como la inseminación artificial programada (IAT) y la resincronización de la ovulación (resincronización) después de un diagnóstico de falta de preñez, jugó un papel importante en el aumento del rendimiento reproductivo. Además, combinar los programas de fertilidad con nuevas tecnologías para la detección del estro, basadas en sistemas de seguimiento de la actividad, ayudó eficazmente a lograr mejores tasas de preñez.

Estrategias que conducen al progreso reproductivo

Durante esta revolución, el rendimiento y la economía del semen sexado mejoraron. Sin embargo, el rendimiento del semen sexado todavía está por detrás del rendimiento del semen convencional. El uso de semen sexado aumenta el progreso genético en los rebaños lecheros a través de una mayor intensidad de selección de madres (Khalajzadeh et al., 2012).

Otras estrategias incluyen pruebas genómicas o de pedigrí para identificar novillas y vacas genéticamente superiores, el uso de semen sexado para inseminar novillas lecheras genéticamente superiores y vacas lactantes equilibradas para las necesidades de reemplazo (Weigel et al., 2012) y el uso de semen de bovino de carne para inseminar novillas con méritos genéticos bajos y vacas para producir terneros cruzados con mayor valor en el mercado de la carne (Ettema et al., 2017).

«Esto ha llevado a una tendencia en rápida evolución a utilizar semen Holstein sexado, semen Holstein convencional y semen de bovino de carne convencional para inseminar hembras Holstein en los Estados Unidos», decía Fricke.

Mejorar la fertilidad con semen sexado

Dado el importante papel del semen sexado para ayudar a los productores lecheros a “dimensionar correctamente” sus hatos y capitalizar la mejor genética del rebaño, Fricke centró su presentación en estrategias de manejo para mejorar la fertilidad del semen sexado en novillas no lactantes y vacas lecheras lactantes.

Fricke explicó que las novillas no responden favorablemente a los protocolos de sincronización basados ​​únicamente en GnRH y PGF2α, como Ovsynch. La “clave” es incluir un inserto de progesterona intravaginal controlado (CIDR) durante el protocolo. Esta práctica evita que las novillas muestren estro hasta que se retira el inserto CIDR, lo que aumenta la sincronía con el protocolo.

La DCRC recomienda el protocolo CIDR-Synch de 5 días (https://www.dcrcouncil.org/protocols) para novillas lecheras. Fricke observó que del 27% al 33% de las novillas presentan estro >24 horas antes de la IAT programada con el protocolo CIDR-Synch de 5 días. «Esto hace que la detección del estro durante el protocolo CIDR-Synch de 5 días sea un requisito para lograr tasas de concepción aceptables», comentó.

Lauber et al. (2021) condujeron una prueba de campo para comparar programas de manejo reproductivo para el envío de novillas Holstein a su primera inseminación con semen sexado. Los investigadores evaluaron:

  • CIDR5 (sincronización CIDR de 5 días)
  • CIDR6 (sincronización CIDR de 6 días)
  • EDAI (la PGF2α en el día 0 fue seguida por una detección de estro una vez al día [detección visual de la eliminación de tiza de la cola y otros signos] e IA)

El equipo de investigación concluyó que, aunque retrasar el retiro del dispositivo CIDR 24 horas en un protocolo CIDR-Synch de cinco días suprimió la expresión temprana del estro antes de la IAT, retrasar la eliminación del CIDR 24 horas tendía a disminuir la preñez por inseminación artificial (P/IA) en novillas inseminadas con semen sexado.

Además, el sometimiento de las novillas a un protocolo CIDR-Synch de cinco días para la primera IA tendió a aumentar el P/IA y a disminuir el costo por preñez en comparación con las novillas EDAI. Fricke explicó que la disminución del costo por embarazo se debió a la disminución de los días de alimentación. Además, esta disminución del costo cubrió con creces el costo del protocolo CIDR-Synch de 5 días y resultó en una disminución general de $17 en el costo por preñez, en comparación con las novillas inseminadas al estro, después del tratamiento con prostaglandinas.

Momento de la IA: semen sexado versus semen convencional

¿El momento óptimo de IA es diferente para el semen sexado en comparación con el semen convencional? Parece que la respuesta es «sí».

Bombardelli et al. (2016) evaluaron el uso de semen sexado en vacas lactantes con un sistema de monitoreo de actividad en vacas Jersey a IAT en función del aumento de actividad. En general, la P/IA usando semen sexado fue mayor para las vacas Jersey inseminadas entre 23 y 41 horas después del inicio de la actividad, lo cual es más tarde que el momento óptimo para el semen convencional de cuatro a 12 horas (sistema radiotelemétrico) después del inicio de la actividad de pie. (Dransfield et al., 1998) u ocho a 16 horas (sistema de monitoreo de actividad) después del inicio de la actividad (Stevenson et al., 2014).

«La inseminación posterior de vacas de alta producción utilizando semen sexado puede ser óptima para las vacas inseminadas en celo», dijo Fricke. Esto se debe a que la ovulación ocurre más tarde en relación con el inicio del estro en vacas de alta producción a medida que aumenta la producción de leche cerca del momento del estro.

Programa de fertilidad: sincronización óptima de la IA con semen sexado

¿Cuál es el momento óptimo de la IA utilizando semen sexado cuando el intervalo entre el momento de la IA y la ovulación se controla mediante un programa de fertilidad en el primer servicio? Para abordar esta cuestión, Lauber et al. (2020) sometieron a vacas primíparas a un protocolo Doble-Ovsynch para el primer servicio que incluía un segundo tratamiento con PGF2α 24 horas después del primero en la parte del protocolo de reproducción-Ovsynch como lo describen Brusveen et al. (2009).

El último tratamiento con GnRH (G2) varió entre tratamientos y IAT. Para variar el intervalo entre G2 y TAI, las vacas fueron asignadas al azar a dos tratamientos para recibir G2 16 (G2-16) o 24 (G2-24) horas antes de TAI, que se fijó en 48 horas después del segundo tratamiento con PGF2α del programa de reproducción. -Porción Ovsynch del protocolo Double-Ovsynch.

El equipo de investigación encontró que las vacas G2-24 tenían menos P/AI que las vacas G2-16 a los 34 ± 3 días (44% vs. 50%) y 80 ± 17 días (41% vs. 48%) después de la IAT. La pérdida de preñeces y la proporción de sexos fetales no difirieron entre los tratamientos. La inducción de la ovulación más temprana en relación con el IAT después de un protocolo Doble-Ovsynch disminuyó la P/AI en vacas Holstein primíparas, mientras que la pérdida de preñez y la proporción de fetos femeninos no difirieron entre los tratamientos.

Estrategia de inseminación de primer servicio

En un estudio de campo, Lauber et al. (2022) incluyeron 742 vacas Jersey en lactancia, que fueron asignadas al azar según el número de etiqueta auricular y dentro del paridad para su presentación, ya sea al primer servicio después de un protocolo Double-Ovsynch (DO) o a un protocolo para la sincronización del estro con detección del estro dos veces al día (EDAI) utilizando semen Jersey sexado.

¿Los resultados? La media de días desde PGF2α (día 24) hasta IA fue mayor para las vacas EDAI que para las DO, mientras que la proporción de vacas inseminadas fue mayor para las vacas DO que para las EDAI (100% vs. 75%). “Así, el 75% de las vacas en el tratamiento EDAI fueron detectadas en estro e inseminadas, mientras que el 25% de las vacas no fueron detectadas en estro y fueron sometidas a IAT después de un protocolo Ovsynch para el primer servicio”, informó Fricke.

En pocas palabras: este estudio encontró que las vacas Jersey lactantes sometidas a un protocolo DO para IAT en el primer servicio tenían más P/AI para semen sexado y de carne que las vacas inseminadas después de la sincronización del estro.

 

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