PhD. Luis F. Calvinho. Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria – INTA (Argentina)
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TERAPIA COMPLETA VS. TERAPIA SELECTIVA
La terapia antimicrobiana de todos los cuartos mamarios al final de la lactancia con preparaciones formuladas en bases de liberación lenta administradas por vía intramamaria es el método más efectivo de control de mastitis durante el período seco y, por lo tanto, el que se recomienda usualmente (Eberhart, 1986; Jánosi & Huszenica, 2001). El tratamiento selectivo de vaca seca es generalmente sugerido esgrimiendo razones económicas, ya que se podría disminuir el costo de los antimicrobianos. Además, como la administración de terapia de todos los cuartos al secado implica el uso de antimicrobianos como preventivo en cuartos libres de infección, existe el riesgo potencial de emergencia de cepas bacterianas resistentes (Eberhart, 1986; Sandholm & Pyörälä, 1995). El criterio de selección ideal para determinar qué animal debería ser tratado, es la detección de los animales con IIM mediante cultivos bacteriológicos. Sin embargo, esta última práctica incrementaría los costos finales de la terapia. Por lo tanto, se deben utilizar criterios de selección basados en métodos de diagnóstico indirecto para decidir qué cuartos o animales serán sometidos al tratamiento. Estos métodos, como el Test de mastitis California, recuento de células somáticas (RCS) o antecedentes de mastitis clínicas durante la lactancia, tienen distinta capacidad para detectar animales que realmente estén infectados. En estos casos, a medida que aumenta la prevalencia real de IIM se incrementa también la proporción de animales falsos negativos, es decir, la proporción de animales que teniendo una IIM dan negativos al criterio diagnóstico y por lo tanto, no serán tratados (Cuadro 1) (Tarabla, 1996). En estos casos se debe justipreciar el costo de tratar animales no infectados versus el costo de dejar en el rodeo animales infectados sin tratar. Este último será más alto cuanto mayor sea la prevalencia real de IIM. El tratamiento selectivo podría ser de utilidad en aquellos establecimientos con controles y registros estrictos y un nivel muy bajo de IIM (Eberhart, 1986). Por otra parte, el tratamiento selectivo obviamente no previene las nuevas IIM que se producen en el período seco en los animales que, por haber dado negativo a la prueba diagnóstica no reciben tratamiento (Sandholm & Pyörälä, 1995; Jánosi & Huszenicza, 2001).
Cuadro 1. Probabilidad de dejar animales infectados sin tratar (falsos negativos) en un rodeo de 100 animales en ordeño en dos combinaciones de prevalencia real de infecciones intramamarias y criterios de selección
LIMITANTES DE LA TERAPIA ANTIMICROBIANA DE VACA SECA
A pesar del tratamiento con antimicrobianos al secado de todos los cuartos mamarios, algunas vacas pueden mostrar cuartos infectados en forma subclínica o clínica al momento del parto. Las fallas de la terapia de secado pueden producirse por varias razones:
(a) Persistencia de IIM presentes al inicio de período seco. Esto es particularmente importante en el caso de infecciones por S. aureus. Se considera que un 20 a 60% de las IIM causadas por este organismo no son eliminadas por la terapia antibiótica de vaca seca (Ziv et al., 1981).
(b) La mayoría de las formulaciones antimicrobianas para vaca seca incluyen drogas con buena acción sobre organismos Gram positivos y limitado efecto sobre Gram negativos (Eberhart, 1986; Sandholm & Pyörälä, 1995).
(c) Las formulaciones para vacas seca se muestran más activas durante las primeras semanas del período de secado y probablemente brinden poca o ninguna protección contra las IIM que se producen durante el crítico período del periparto en el cual aumenta la exposición a los organismos ambientales (Eberhart, 1986; Soback, 1988; Smith & Hogan, 1997).
Lo expuesto ha llevado a proponer y explorar nuevas alternativas para aumentar la eficacia de curación de las IIM y prevenir nuevas IIM en las etapas en las cuales aumenta la exposición a organismos causantes de mastitis.
TERAPIA PARENTERAL PARA VACA SECA
En general las distintas formulaciones utilizadas por vía intramamaria son efectivas en casos de mastitis por estreptococos y en algunos casos de mastitis estafilocócica. Sin embargo, las curaciones pueden ser de tipo clínico sin alcanzar la curación bacteriológica. En caso de mastitis agudas, algunas fallas en la terapia intramamaria se deberían a una distribución pobre o irregular de la droga en el parénquima intensamente inflamado y a la compresión o bloqueo de los conductos mamarios por productos de la inflamación. Esto justificaría el uso de un tratamiento parenteral como adyuvante a la terapéutica intramamaria, o como único tratamiento (Ziv, 1980; 1992). Siguiendo esta línea de razonamiento, se podría también lograr una mejor distribución de las drogas antimicrobianas utilizadas para terapia de vaca seca en tejidos inflamados. Esto es particularmente importante si consideramos que cálculos teóricos indican que la concentración de antibiótico libre que actúa contra las bacterias presentes en la glándula tras la administración intramamaria, sería demasiado baja en todo momento luego de la aplicación de la formulación (Soback, 1988). A estas consideraciones debe incluirse que al utilizar la vía parenteral disminuye el riesgo de introducir organismos patógenos con la cánula a través del orificio del pezón, se simplifica significativamente la rutina del secado y se reducen los costos de la terapia (Soback et al., 1990, Tarabla & Canavesio, 2003).
En años recientes se ha aplicado terapia parenteral para vaca seca, ya sea utilizando esta única vía de administración o combinándola con terapia intramamaria, obteniéndose resultados dispares. La administración subcutánea de tilmicosina al secado (Nickerson et al., 1999) y un tratamiento basado en la administración simultánea de oxitetraciclina intramuscular y cefapirina intramamaria no incrementaron la eficacia de curación de IIM causadas por S. aureus (Erskine et al., 1994; Soback et al., 1990). Sin embargo, el tratamiento intramuscular con tilosina dos semanas previas a la fecha probable de parto redujo las IIM al postparto (Zecconi et al., 1999) y una dosis única de oxitetraciclina al secado redujo la incidencia de las IIM durante el período seco (Soback et al., 1990). Además, una formulación conteniendo espiramicina y estreptomicina administrada en una dosis única por vía intramuscular al momento del secado se mostró eficaz para prevenir nuevas IIM durante el período seco (Tarabla & Canavesio, 2003).
Los Antibióticos utilizados en estos casos (Erskine et al., 1994, Soback et al., 1990, Bolourchi et al., 1995; Tarabla & Canavesio, 2003) fueron seleccionados sobre la base de cálculos teóricos y características farmacocinéticas extrapoladas de trabajos realizados en vacas en lactancia. No existe información acerca de la farmacocinética de estas drogas cuando son administradas al inicio del período seco.
Los antimicrobianos que pueden ser utilizados para terapia de vaca seca por vía parenteral deben tener características farmacocinéticas adecuadas y debe conocerse la concentración inhibitoria mínima de los mismos frente a los organismos patógenos de mastitis (Soback, 1988). Lo deseable es obtener una elevada concentración de la droga en sangre y su posterior pasaje a leche. Entre los antimicrobianos de elección, se destaca el grupo de los macrólidos por su liposolubilidad, potencial para atravesar la membrana celular, baja ionización en suero y extensa unión a las proteínas. En trabajos recientes, comparando una misma dosis de tilosina administrada por vía intramuscular 24 horas antes del secado y el mismo día del secado, respectivamente; se observó que el primer régimen lograba una mayor persistencia de la droga en las secreciones de secado (Tonini et al., 2005). Esto indica que para el uso de terapia parenteral al inicio del período seco, no solamente debe tenerse en cuenta el tipo de antibiótico y su dosificación, sino también el momento de su administración.
OTRAS ESTRATEGIAS: SELLADORES DE PEZONES EXTERNOS E INTERNOS
El uso de selladores de pezones, tanto externos como internos, tiene como objetivo reducir el número de nuevas IIM durante el período de vaca seca. Estos productos son barreras físicas, cuyo objetivo es disminuir la colonización del pezón por patógenos ambientales, fundamentalmente por coliformes al formar una película sobre la piel del pezón. Las formulaciones incluyen, aparte de germicidas y acondicionadores de la piel, polímeros que actúan como barrera creando una capa protectora que sella la punta del pezón impidiendo la colonización de la piel del pezón. Si bien se ha demostrado que los selladores externos pueden cumplir este objetivo, los mismos tienen una durabilidad limitada y requieren por lo tanto una aplicación repetida, lo cual atenta contra la practicidad de esta medida.
Durante el período de secado se forma un tapón de queratina en el canal del pezón y en la base de la cisterna del pezón, que genera una barrera física natural para los organismos patógenos. Sin embargo, se demostró que entre un 5 a un 23% de los pezones no formaban un tapón luego de 50 días de la interrupción de la lactancia (Williamson et al., 1995; Dingwell et al., 2004), y que esos cuartos tenían un riesgo 1,8 mayor de contraer nuevas IIM (Dingwell et al., 2004). Para evitar nuevas IIM durante los períodos críticos, se desarrollaron los selladores internos, que forman un tapón artificial análogo al tapón de queratina que se forma durante el período seco. Resultados preliminares demostraron la eficacia de selladores internos para prevenir el ingreso de patógenos mayores a la glándula mamaria. Consecuentemente se desarrolló una preparación a base de subnitrato de bismuto, Alugel 30DF® y parafina que fue evaluada en estudios de campo en Nueva Zelanda y el Reino Unido. En ambos estudios se determinó que, bajo las condiciones de campo de estos países, los selladores internos redujeron las nuevas IIM causadas fundamentalmente por Streptococcus uberis y Escherichia coli (Huxley et al., 2002). Debe tenerse en cuenta que esta práctica no va dirigida a eliminar IIM presentes al momento del secado. Las evaluaciones demostraron que el efecto profiláctico durante el período seco era semejante al obtenido con el uso de antibióticos para vaca seca. Consecuentemente, se realizaron investigaciones utilizando selladores internos en forma combinada con antibióticos para vaca seca a los efectos de mantener la capacidad de eliminar IIM del antibiótico y obtener efecto preventivo del sellador durante el preparto. En este caso, el uso combinado del sellador interno con cloxacilina para vaca seca, logró una mayor protección contra nuevas IIM que el uso de la cloxacilina sola (Sanford et al., 2006).
INMUNOMODULADORES
Las limitantes mencionadas han motivado la búsqueda de nuevas alternativas no antibióticas dirigidas a reforzar los factores protectores naturales de la glándula mamaria como para controlar las nuevas IIM durante el período seco. Los inmunomoduladores son agentes estimuladores de la respuesta inmune innata que se han utilizado individualmente o para potenciar regímenes de terapia antibiótica o de inmunización específica (vacunas), y pueden convertirse en una alternativa eficaz a los métodos tradicionales de control de las enfermedades. Dentro de estos agentes, los más frecuentemente explorados han sido productos bacterianos y citocinas (Zecconi, 2000). Estudios precursores realizados en bovinos demostraron que la inoculación intramamaria de lipopolisacárido (LPS) de E. coli al secado causó un aumento de componentes defensivos humorales y celulares, así como una aceleración del proceso de involución mamaria y se asoció con una reducción del 50% de aislamiento de organismos patógenos de mastitis durante las 4 primeras semanas del período seco (Oliver & Smith, 1982). Recientemente, el uso de compuestos similares al secado produjo una reducción de cuartos infectados por S. aureus durante la primera semana de involución; sin embargo, a los 14 y 21 días los porcentajes de cuartos infectados fueron similares a aquellos que no habían recibido tratamiento (Dallard et al., 2007). El uso de las interleucinas como inmunomoduladores al inicio del período también ha sido explorado (Erskine et al., 1998). La administración de IL-2 en conjunto con una formulación de cefapirina para vaca seca no logró mayores tasas de curación que la preparación antibiótica solamente. Además, en el grupo tratado con IL-2 se produjo un número mayor de abortos que en grupo tratado solamente con antibiótico (Erskine et al., 1998). No existe, por lo tanto, información y experimentación suficiente que avale la eficacia del uso de estos compuestos solos o en conjunto con terapia antibiótica al inicio del período seco.
CONSIDERACIONES FINALES
Los factores limitantes de la terapia de secado han determinado la búsqueda de nuevas propuestas para superarlos, generándose por lo tanto un área fértil para la investigación y el desarrollo de nuevas estrategias y tecnologías. Algunas de estas pueden utilizarse como complemento de terapia tradicional para aumentar su eficacia, mientras que otras requerirán una rigurosa evaluación en las condiciones pretendidas de uso antes de su adopción.
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