El Lechero: Un Oficio de la Lima que se fue

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Hoy 18 de enero Lima, capital del Perú, está de aniversario. El sector lechero evoca en esta fecha al «Lechero» o la «Lechera», personaje que se encargaba de la venta de leche desde los establos en una Lima eminentemente rural y agrícola desde tiempos virreynales.

Vestía delantal blanco, a veces gorrita y alineados en la carretilla como si fuera un ejército, un par de peroles altos de aluminio (1) en el que viajaban litros de leche fresca, recién ordeñada, por los barrios de la clase media de la capital que besa el mar.

Era el lechero que, como esa Lima, también ha ido desapareciendo. Hasta finales de los ochenta, antes de la avalancha de leches en polvo y otros sustitutos, el lechero era el personaje más esperado de las mañanas: nadie se iba al colegio sin probar un vaso lleno de leche Plusa, Vigor, Upa o Maranga (2). Pasteurizada o fresca. Pero sin duda leche.

Grabados de 1800 recuerdan que la lechera -montada a caballo, con sus peroles amarrados a los lados y anunciando a gritos su llegada- era un personaje clásico de la Lima que se fue.

Si los adultos del nuevo siglo se entregaron a la comida como gran tema de discusión, para los niños de antes todo se resumía al vaso de leche: salía en la TV con el Tío Johnny, se invitaba en la alcaldía de Alfonso Barrantes o se usaba para el lonche (3) antes que cualquier drinky milky. Lo traía este señor de ropa blanca y sonrisa de abuelo, pero en realidad, los lecheros fuimos nosotros.

(1) Se venden en OLX o en Mercado Libre desde S/ 75 soles.
(2) Benditos quienes tuvimos la suerte de probar los helados de La Vaca Jacinta, en Maranga, donde hoy se levanta el edificio de la UPC en la Av. La Marina en San Miguel.
(3) Del inglés lunch, en el Perú es sinónimo de merienda ‘comida ligera tomada en horas de la tarde’. Ver 1000 palabras y frases peruanas de Martha Hildebrandt.

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