Rusia, Ucrania y Bielorrusia pueden sufrir consecuencias serias, afectando también a otros países. En 2021, Sudamérica exportó al país ruso unas 52.000 toneladas de productos lácteos y el 68% salió desde Argentina.
La guerra en Europa ha provocado cimbronazos en los mercados mundiales. Una prueba de ello son los commodities, con los cereales y la soja a la cabeza que por estos días han llegado a “picos históricos”, con precios exorbitantes jamás vistos. El mismo escenario afronta por ejemplo el precio del barril de crudo y otros productos que han visto disparada su cotización por la verdadera incertidumbre que persiste en la economía global.
En el caso de los lácteos es para repasar. El commodity “estrella” de Argentina es la leche en polvo entera que desde hace varios meses viene pegando saltos considerables en su cotización. De hecho, la última subasta de Fonterra a comienzos de marzo dejó al producto cerca de los 5.000 US$/Tn, una cifra histórica muy pocas veces alcanzada.
La lechería en la zona de guerra merece un capítulo aparte, que la consultora Economía Láctea, fundada por el Ing. Agr. José Quintana, ha realizado para entender de afectación del conflicto en la actividad.
Para ello, rememoraron lo ocurrido en 2014 cuando la OTAN acusó a Rusia de haber derribado un avión de Malaysia Airlains en territorio ucraniano y le impuso una serie de sanciones económicas. El gobierno ruso reaccionó bloqueando las importaciones de una cantidad de productos, entre ellos los lácteos de la UE, Estados Unidos, Canadá, Australia y Noruega.
“Parecía un disparate, Europa era el principal proveedor de Rusia, uno de los mayores importadores de productos lácteos del mundo, pensábamos (creyendo saber lo que pasa por la cabeza de una persona) que el bloqueo no podía durar; pero lleva ya más de 7 años”, indicaron desde la consultora.
Así fue como en 2020, de 1,07 millones de Tn importadas, el 83,4% (893.000 Tn) tuvieron origen en Bielorrusia, seguida por Kazajastán (4,5%, 48.480 Tn), Argentina 3,12% (33.450) Tn, Nueva Zelanda 2,9% y Uruguay 1,4%, todos países que quedaron fuera del bloqueo.
En ese sentido, se conoció que en 2021 se exportaron desde Sudamérica 52.287 Tn de productos lácteos a Rusia, de los cuales el 68,3% correspondió a Argentina, 23,0% a Uruguay, 4,3% a Chile, 2,9% a Paraguay y 1,2% a Brasil.
“La producción rusa creció 3,7% en los últimos 21 años, alcanzando los 32.020 millones de litros en 2021, con un alto porcentaje de lechería informal”, señaló el informe. La calidad, advirtieron desde Economía Láctea, es otro problema que el gobierno estaba atacando, sobre todo el reemplazo de grasa butirosa por aceite de palma sin aclararlo en las etiquetas. “Un tercio de la GB que se consume en Rusia es importada”, reconocieron.
El escenario en Ucrania
El segundo protagonista es Ucrania, un país cuya producción “no para de caer desde inicios del siglo XXI debido a la baja competitividad de sus tambos”. Los 8.800 millones de litros que habrían producido en 2021 representan una caída del 36% respecto del volumen de 2002. Esto llevó a que Ucrania “haya pasado de ser un exportador neto de productos lácteos hasta 2019 a importador neto a partir de entonces”.
Según la consultora, entre enero-octubre de 2021 “el país habría importado 163.880 Tn de productos lácteos, el 51,3% de Polonia y el resto en su mayoría de países de la UE”. En cuanto a las exportaciones, en el mismo período habrían importado 61.543 Tn de productos lácteos a algo más de 60 países.
Qué pasa con Bielorrusia
El tercer protagonista es Bielorrusia, un país que se convirtió en el principal proveedor de productos lácteos a Rusia, a partir del bloqueo mencionado anteriormente.
“Bielorrusia es el país de mayor producción de leche per cápita del mundo”, reveló Quintana. En 2020 exportó productos lácteos por 2.400 millones de dólares y proyectaba llegar a 2030 exportando 4.000 millones de dólares de acuerdo con proyecciones oficiales, especulando con la apertura de tambos de gran escala.
Las exportaciones 2021 habrían sumado 1,088 millones de Tn., de las cuales 832.000 fueron a Rusia, fundamentalmente quesos, fermentados y leche fluida. De acuerdo a la información brindada por la consultora, el gobierno quiere ir migrando las exportaciones a otros destinos en la búsqueda de un nuevo balance que sería 1/3 a Rusia, 1/3 a la UE y 1/3 a otros países.
“Todos objetivos que ya eran ambiciosos antes de que empezara la guerra, crecer un 66% en exportaciones en 10 años y exportar más de 1.000 millones de dólares en productos lácteos a la UE”, detalló el trabajo de Economía Láctea. Y reflexionaron: “ya en diciembre Bielorrusia había recibido sanciones que se estimaba que eran suficientes para que el PBI caiga 10%, imaginemos lo que pueda ocurrir ahora, ya que muchas de las sanciones a Rusia son extensivas a Bielorrusia”.
Interrogantes para adelante
Cualquiera sea el escenario que se analice, aunque el conflicto no escale, Quintana admite que “las consecuencias para la economía de la región en conflicto serán muy serias, con caídas de actividad económica, PBI y consumo”
En ese contexto quizás la principal pregunta es qué pasará con la lechería y las exportaciones de Bielorrusia. “Si el consumo en Rusia cae y por ende en importaciones, ¿caerá la producción bielorrusa acompañando la crisis económica que seguramente tendrá por ser un país “satélite” de Rusia o saldrán a buscar otros mercados? Los costos de producción ya se dispararon, al menos por ahora”, analizó la consultora.
Y concluyó: “tal vez ocurra una mezcla de ambas cosas, caída de producción y búsqueda de nuevos mercados, pero la producción de Bielorrusia es una variable a seguir, al igual que el consumo y las importaciones rusas y los costos de producción. Por su parte, los volúmenes que opera Ucrania en el mercado internacional no parecen ser significativos como para afectar los precios”.