Este primer estudio realizado en el país evidenció solo un 10 % de presencia de restos de antibióticos, utilizados para el tratamiento de mastitis en vacas.
Andrea Navarrete Fernández, magíster en Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), lideró el primer estudio general que midió en Colombia la calidad higiénica, sanitaria y de residuos de antibióticos de la leche cruda producida en 200 municipios de 15 departamentos del país.
A partir de esta investigación, financiada por la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoica) y el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, se estableció que de las más de 8.000 muestras de leche tomadas en fincas productoras de leche, solo el 10 % presentó residuos de antibióticos.
Para llegar a esta conclusión se realizaron análisis para detectar aminoglucósidos, aminolucósidos II, betalactámicos y macrólidos utilizados para el tratamiento de mastitis y de algunas diarreas en animales.
La investigadora y coordinadora del Laboratorio de Calidad de Leche de Corpoica señala que gracias a la cantidad de datos que lograron recoger, se comprobó que los departamentos ubicados en el trópico alto tienen mejor calidad higiénica. Entre ellos sobresalen Antioquia, Cundinamarca, Quindío, Risaralda y Boyacá.
“En el trópico alto se tienen sistemas de producción de leche altamente especializados, lo que indica que las vacas de esos departamentos están destinadas únicamente para producir leche y no carne, lo que hace que sean un poco más cuidadas. Caso contrario ocurre en el trópico bajo, donde se utilizan para los dos fines”, explica.
Sistemas especializados como los de Cundinamarca o Antioquia se caracterizan por tener una buena producción de leche y por su infraestructura tecnológica. Suelen contar con ordeñadores mecánicos y tanques de enfriado, además de buenas vías y redes eléctricas, condiciones que no se asemejan a las de los departamentos del trópico bajo, como Magdalena.
Evaluación de calidad
Para elegir los departamentos en los cuales se iba a trabajar, la magíster consultó las bases de datos de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegan) y de algunos gremios lecheros para identificar la proporción de hembras y machos en los criaderos de ganado. Este indicador le permitió reconocer a los productores de leche más representativos del municipio.
Un equipo de colaboradores recorrió los municipios tomando muestras del mismo predio en la mañana y en la tarde para identificar diferencias en la producción. Desde la toma del líquido hasta su traslado al Laboratorio, las muestras fueron conservadas a temperatura de refrigeración de 6 oC y se analizaron en menos de 48 horas para asegurar la confiabilidad de los resultados.
“Para las determinaciones de grasa, proteínas, sólidos totales y grasos, y lactosa utilizamos un analizador de bacterias conocido como Milkoscan. Para los análisis de antibióticos usamos un equipo llamado CHARM ll que utiliza radioinmunoensayo para medir la presencia de restos de medicamentos en la lactosa”, indica.
Con respecto a la calidad sanitaria, se halló que el 85 % de los recuentos de células somáticas son inferiores a 750.000 células, el límite que tiene la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para el control de las células. Los resultados indican que se tuvo una baja presencia de mastitis clínica en las vacas, una enfermedad muy usual en los lugares donde se produce la leche.
En relación con los resultados de antibióticos, se encontró que solo el 10 % de las muestras presentó residuos de medicamentos, resultados que se pueden deber a muchos factores y que no fueron evaluados en el estudio, pero que probablemente se presentaron a raíz de que alguna de las vacas que estaba en tratamiento no fue apartada del rebaño.
Sin embargo la investigadora aclara que no se puede asegurar que ese 10 % de lecha vaya a producción, ya que las plantas de procesamiento analizan los residuos antes de tratarla. Para estas industrias es clave que la lactosa no tenga residuos, ya que además de ser un problema para la salud pública, esta leche no se podría utilizar para la elaboración de productos derivados.
“A raíz de esta investigación nos dimos cuenta de que en el país no se hace control de antibióticos. Si se revisa la resolución del Ministerio de Agricultura para pago por calidad de leche cruda, nunca habla de residuos de antibióticos ni de calidad sanitaria. Sin embargo, que el 90 % de la leche que analizamos y que es representativa del país no tenga residuos de antibióticos es una buena noticia”, concluye la investigadora.