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Claves a Tener en Cuenta Cuando hay Intoxicación por Plantas Tóxicas en la Ganadería

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Las toxinas presentes en las plantas tóxicas constituyen una defensa química contra los herbívoros. Las plantas contienen una gran diversidad de sustancias que resultan tóxicas para los animales, virtualmente para cada órgano, tejido o sistema, existe en algún lugar del mundo plantas con sustancias que actúan como inhibidores químicos o antagonistas.

Las intoxicaciones ocasionadas por hierbas nocivas para los animales, según expertos, pueden ser generadas por varios factores, entre ellos la sequía y representan una de las causas principales de pérdidas económicas en la industria ganadera.

Las pérdidas pueden ser de tipo directo, las cuales incluyen: muerte y/o pérdida de peso en los animales envenenados, abortos, incremento en el intervalo entre partos, defectos congénitos, fotosensibilización, debilidad, etc. Además, se presentan pérdidas indirectas, asociadas a los esfuerzos encaminados a controlar o minimizar el envenenamiento de los animales, como pueden ser: la construcción de cercos adicionales, alimentación suplementaria, arreos extraordinarios, medicamentos, así como pérdidas de forraje debidas a la perturbación en los programas de pastoreo del rancho.

¿Por qué sus efectos se dan más en la sequía?

Con algunas excepciones, el ganado no tiende a consumir plantas tóxicas, a menos que esté forzado por el hambre. De esta forma, aunque las plantas tóxicas se encuentran presentes en todo el mundo, su problema se agudiza en aquellas regiones áridas y semiáridas sometidas al sobrepastoreo.

Por lo tanto, la forma más importante de prevenir la intoxicación por plantas, es la correcta utilización de los agostaderos, evitando el sobrepastoreo en donde se ofrezca a los animales una alta diversidad de forrajes y se obstaculice el consumo de plantas tóxicas.

Al aumentar la población de plantas indeseables en un potrero, se disminuye por consiguiente la carga animal y la producción de carne por hectárea.

¿Por qué son tóxicas?

Las plantas contienen una gran diversidad de sustancias que resultan tóxicas para los animales, y también pueden ser consideradas como defensas contra la agresión de insectos y herbívoros”.

Desde el punto de vista animal son toxinas asociadas a las plantas, desde el punto de vista vegetal o de la planta, estos componentes son defensas químicas contra la agresión de los insectos y herbívoros.

Debido a la inmovilidad de la planta y la incapacidad de resistir la herbivoría por escape físico, ellos han desarrollado otros medios de protección para no ser comidos, estos mecanismos de defensa son físicos o químicos; las primeras incluyen espinas, hojas pilosas y tejidos altamente lignificados; mientras que las defensas químicas abarcan sustancias que protegen la planta contra los adversos efectos de los herbívoros (Odriozola, 2005).

¿Cómo identificar si su ganado está intoxicado?

La intoxicación crónica por una planta tóxica, comienza con el enflaquecimiento progresivo y pérdida de peso del animal.

Muchas veces esto pasa desapercibido, como consecuencia de los normales cambios de potreros. El profesional con la ayuda del laboratorio puede identificar las intoxicaciones crónicas, sin sintomatología manifestada.

La planta tóxica es aquella que ingerida por el animal, en períodos cortos o prolongados, ejerce su efecto dañino enfermándolo y en algunos casos originando su muerte.

Desde el punto de vista clínico que son casos más graves los animales pueden presentar síntomas de envenenamiento como tembladera, impedimento de bostear, liberación de gases y babear más de lo normal.

Estos son síntomas generales que el médico veterinario debe examinar y hacer los respetivos exámenes para poder concluir que el cuadro es por intoxicación a causa de ingesta.

Para el diagnóstico de las intoxicaciones por plantas es necesario conocer las plantas tóxicas de la región y los cuadros clínico-patológicos causados por ellas. La constatación de los signos clínicos y su evolución también es necesaria, mientras que en algunos casos el estudio de la bioquímica sanguínea puede aportar datos importantes para el diagnóstico diferencial.

En algunas intoxicaciones el diagnóstico puede ser realizado solamente con los datos epidemiológicos (especie y categoría animal, cuadro clínico y patológico, época del año, cantidad de animales enfermos y muertos, etc), mientras que en otros es imprescindible realizar una necropsia y remitir diferentes materiales al laboratorio de diagnóstico.

Los estudios toxicológicos y reproducciones experimentales a nivel de laboratorio no son procedimientos de rutina para el diagnóstico de intoxicación. Sin embargo, mediante la cuantificación del principio activo es posible la confirmación del diagnóstico en algunas intoxicaciones.

Otra recomendación es que el ganadero se asesore con ingenieros agrónomos, especializados en fitotecnia, con el fin de establecer un diagnóstico más concreto de las plantas que pueden afectar la salud de los animales.

 Sin embargo; es necesario reconocer las plantas tóxicas en el campo, conocer su hábitat y características; considerar los factores que hacen que los vegetales sean más tóxicos ante determinadas circunstancias, como la sequía; y por último conocer el curso clínico de la toxicidad y las lesiones que le puede causar al bovino.

 ¿Qué se debe hacer con este mal?

  • Lo primero que hay que advertir es, que si el problema ha sido causado por algo que está en los potreros, en el agua, o en los alimentos que ofrecen como complemento a la dieta forrajera, no tardarán en aparecer más animales con el mismo problema, pues si los alimentos (pastos y otros) están a libre disposición, todos sus animales han podido ingerir la sustancia que causó la “supuesta intoxicación”.

Si aparecen más animales con el mismo problema, seguro y es algo que comen o beben.

  • Lo segundo, es que habría que revisar si por ejemplo en el agua no están bebiendo alguna sustancia tóxica. Detalle usted muy bien de dónde proviene el agua y si en su recorrido hasta los bebederos no se está contaminando con algo.

Suele suceder que si bien en su finca usted practica un manejo ECOLÓGICO (cero herbicidas, insecticidas, o cualquier otro tipo de veneno o fertilizante), es probable que sus vecinos si lo hagan, y las lluvias forman aguas escorrentías que con un poquito de desnivel o pendiente drenan arrastradas por el agua lluvia hacia los cuerpos de agua principales de donde las fincas se surten para consumo y en ellas a su paso van recogiendo agentes contaminantes, no solo venenos o fertilizantes o abonos, podría tratarse de aguas que se estancan en algún punto y se pudren, o cosas tan simples como excrementos de animales con altas concentraciones de amonio u otras formas de nitrógeno como nitritos y nitratos, o fosfatos, o cobre, o alguna otra sustancia que puede intoxicar al ganado si este la ingiere en el agua de bebida.

Lo tercero es que también puede tratarse de alguna sustancia contenida en la sal mineral o cualquier otro balanceado comercial que usted compra y suministra al ganado. Si es así, muchos más animales van a presentar el mismo cuadro clínico en días próximos.

Lo cuarto es, que si se trata de alguna planta en los potreros también cabe la posibilidad que más animales vayan a enfermar. Pero, cabe decir que las plantas tóxicas siempre son plantas con flores de colores muy llamativos, o que producen frutos apetecibles. Su ganado no necesariamente sabe lo que come, simplemente lo come si le apetece.

Si usted posee este tipo de plantas en sus potreros, mantengalas cortadas a ras antes que produzcan frutos o flores o inflorescencias, porque, por lo general la planta en sí (tallo y hojas) no contiene tóxicos, sino sus flores, inflorescencias o sus frutos. Claro, toda regla tiene su excepción, es decir, algunas pocas plantas pueden contener ciertos fenoles o algún otro tipo de sustancias tóxicas para el ganado.

Tenga muy presente que cuando se practica la AGROECOLOGÍA en el manejo de pasturas, se debe ser muy INCISIVO en el control de plantas indeseadas, control que consiste en mantener un repaso muy fuerte de guadaña o machete o arrancando plantas de raíz de toda planta que el ganado no consuma.

De esta forma, naturalmente esas plantas debido a la excesiva defoliación y corte va desapareciendo rápidamente y los pastos se hacen cada día más fuertes por lo que ayudan a desplazarlas.

Usted debe además evaluar si su ganado no está consumiendo pastos que estén recibiendo una alta dosis de abono orgánico (suponga usted por ejemplo que en el establo recolecte excremento y orina y estos desechos orgánicos los estén diluyendo en agua para aplicarlos a potreros donde el ganado pastoree).

Los excrementos de ganado tienen alta concentración de amonio, y si estos se diluyen en agua y se depositan en altas cantidades o de forma muy acumulada sobre un suelo de pastos, puede ocurrir que se formen nitritos y nitratos que se acumulan en el pasto y allí causar intoxicación.

También, que estén teniendo acceso sus animales a aguas o pastos que están creciendo en puntos donde se acumulan aguas que resumen el lavado de escorrentías y que también pueden generar no solo nitritos y nitratos, sino otro tipo de sustancias que pueden causar intoxicación, bien sea por medio del agua o de los pastos.

Por ahora creemos que no hay que alarmarse, si tan solo un animal está presentando el problema. Pero si más animales lo presentan, hay que estar muy atentos, por lo que vale la pena hacer una exhaustiva revisión del terreno tratando de ubicar cosas que puedan causar este problema.

 

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Girolando, la mejor alternativa para la producción lechera en climas cálidos

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Con una producción promedio de 5.000 litros de leche durante 305 días bajo el calor del clima tropical, estas terneras presentan una mayor resistencia y adaptación al entorno, lo que aumenta sus tasas de supervivencia. Estas cualidades las destacan en un país donde la cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %. Las terneras Girolando pueden producir en promedio 5.000 litros de leche durante 305 días en climas cálidos. Fotos: Felipe Argoty, magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia sede Palmira.

En Colombia la producción lechera afronta una crisis marcada por los altos costos tanto de los insumos importados utilizados por la industria como de los alimentos concentrados para el ganado, además de factores como la tendencia al bajo consumo en el mercado y el encarecimiento de las tierras en zonas tradicionales de ganadería, entre otros, situación que ha obligado a los productores a buscar nuevas alternativas que permitan mantener la rentabilidad del negocio y reducir las pérdidas.

Foto. La cría de terneras enfrenta tasas de mortalidad de hasta el 25 %

Cerca del 80 % de la producción de leche proviene de animales con composición genuina en su genética, escenario en el que resaltan las terneras Girolando, una raza que toma y supera lo mejor del cruzamiento entre la productividad de la Holstein y la rusticidad de la Gyr, lo que les permite adaptarse a altas temperaturas, ser más tolerantes a parásitos y poderse pastorear en condiciones adversas, características que las convierten en la mejor opción para climas tropicales como los de Tolima, Valle del Cauca, Magdalena Medio y los Llanos Orientales y la Costa Caribe, en donde han demostrado un rendimiento superior.

En la industria lechera la etapa más crítica es la cría de las terneras, ya que es cuando los animales dependen de una adecuada alimentación y cuidados especiales para asegurar su supervivencia y óptimo desarrollo. Además de ser costosa, esta fase se asocia con altos índices de mortalidad, en particular por problemas de nutrición.

Ante este problema, durante su Maestría en Ciencias Agrarias en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, el zootecnista Luis Felipe Argoty López evaluó mediante tres experimentos alternativas para mejorar la rentabilidad durante la cría, con dietas menos costosas pero con el aporte nutricional necesario para evitar problemas de crecimiento y desarrollo, clave en la crianza de reemplazo, cuando preparan a las terneras para que se conviertan en futuras vacas lecheras que renueven el hato y mantengan la productividad del sistema.

Foto. En Colombia cerca del 50 % de la producción de leche proviene de cruces de toros y cebús.

El Estudio

En la investigación se analizó el crecimiento y desarrollo ruminal (ingesta de alimento sólido) de 19 terneras Girolando F1 con edades entre 14 y 22 meses, en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias, municipio de Guacarí (Valle del Cauca).

Para el trabajo se hicieron 3 grupos de animales con sendos tratamientos. A los del primer grupo (grupo control) se le suministraron 4 litros de leche al día, repartidas en dos tomas, y concentrado comercial; al segundo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento experimental; y al tercer grupo, 4 L de leche distribuidos en tres tomas, más consumo de alimento comercial. A todos los tratamientos se les suministró pasto pangola y agua a voluntad.

Sobre el alimento experimental, el investigador explica que “hicimos ajustes dentro de la proteína, la pusimos un poco más disponible dentro de la dieta de las terneras, usamos soya, maíz, algunos cereales, premezclas, un promotor de crecimiento ruminal y lo que utilizan todos los alimentos concentrados, porque el reto era hacer un concentrado experimental similar en composición al comercial, pero con algunas mejoras”.

Foto. El estudio se realizó con 19 terneras en el corregimiento de Santa Rosa de Tapias (Valle del Cauca)

También recolectó muestras de sangre cada 15 días, para analizar metabolitos como proteína, albúmina, globulinas, calcio, betahidroxibutirato (BHB) y cortisol. Así mismo evaluó parámetros biométricos como edad, peso, circunferencia, altura, ganancia de peso, consumo promedio y conversión alimenticia. Cada variable evaluada se analizó estadísticamente a través de un modelo mixto de medidas repetidas.

Aunque en la ganancia de peso los resultados no arrojaron diferencias significativas entre los tratamientos, entre muestreo sí las hubo y se evidenció que la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal.

También se evidenció que “la edad de los animales influye en la concentración de proteínas en la sangre y que el BHB permite conocer indirectamente el desarrollo ruminal”.

Foto. Con la raza Girolando se puede obtener una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas

El investigador destaca que, “este indicador sugiere que las terneras están desarrollando su rumen de forma óptima, lo cual es esencial para una digestión eficiente, y en última instancia para su futura capacidad de producir leche”.

También se registraron bajos niveles de cortisol en la sangre, una hormona que se libera en respuesta al estrés y puede afectar el crecimiento y la salud general del animal. Altos niveles de este indican que las terneras están experimentando estrés, lo que puede influir negativamente en su sistema inmunológico y reducir su capacidad de aprovechar nutrientes, afectando el desarrollo del rumen y la futura producción de leche.

“Si logramos que más productores opten por razas como la Girolando, tendríamos una producción lechera más competitiva y menos dependiente de razas europeas, cuya adaptación a nuestras condiciones es limitada”, anota el magíster.

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