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Archivos de Obstetricia Veterinaria – Primera Parte

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Por: Dr. Friis Jakobsen

PRIMERA PARTE: EL PARTO NORMAL 

Un requisito para hacer obstetricia es el conocimiento del curso del parto normal. No es la intención en este trabajo de presentar una descripción completa del parto normal; pero es necesario acentuar ciertos puntos básicos de valor clínico. En cada caso de obstetricia, el obstetra debe reconstruir el curso del parto hasta el momento actual, para decidir en que período su intervención va a verificarse. Esto tiene gran importancia en la estimación del pronóstico, tratamiento y además de ­los obstáculos con cuales va a contar durante la ejecución de la obstetricia.

Las dos condiciones siguientes, tienen una importancia tan grande que se considera que poseen un valor muy significativo para el obstetra:

  • El canal obstétrico.
  • Los fenómenos clínicos del parto.

A)  Canal Obstétrico

Consiste de huesos y de tejidos flácidos. El primero lo forman la pelvis y las primeras vértebras coccígeas. La pelvis es rígida, excepto en la articulación sacro-iliaca cuyos movimientos sin embargo son muy limitados. Interés práctico tiene el tamaño y la forma de la pelvis, especialmente en primerizas, porque en éstas la sínfisis puede ser muy prominente. La entrada de la pelvis está formada de tal manera que solamente un feto con el dorso hacia arriba puede entrar, sin embargo, una exploración rectal y/o vaginal da todas las informaciones necesarias. El eje de la pelvis o línea de conducción, indica la dirección por la cual el feto pasa a la pelvis. A causa de la elevación progresiva del suelo pelviano en dirección caudal en la vaca, el eje es una línea ideal con una ligera curvatura en forma de S, que asciende hacia el maslo de la cola (Fig. 1). En la yegua el eje representa una curva descendente con débil convexidad superior (Fig. 2).

Fig. 1

Fig. 2

La parte flácida del canal obstétrico, consiste de los ligamentos sacro-ciáticos, músculos y el aparato genital mismo. Los ligamentos cubren los planos laterales y terminan por detrás en una porción en forma de cuerda, todos los tejidos son flexibles. Con respecto al aparato genital mismo (cérvix, vagina, vestíbulo y vulva), tres condiciones deben tener interés especial para el obstetra:

1.   El canal cervical, cuya estructura es menos elástica que los tejidos de las otras partes del aparato.

2.   El anillo del himen (el borde entre el vestíbulo y la vagina) que puede ser muy estrecho, especialmente en las prime­rizas.

3.   Vulva, que igualmente puede ser muy estrecha y cuya hendidura dorsal y perineo son menos resistentes.

El espacio recto-peritoneal es muy corto en la vaca, en los rumiantes pequeños y en la marrana, en tanto que es más larga en la yegua. Por eso, las perforaciones del aparato genital se abren más fácilmente hacia la cavidad abdominal en las especies antes mencionadas que en la yegua.

B)  Fenómenos Clínicos del Parto

Se puede dividir el parto en cuatro períodos:

  • Período prodrómico.
  • Período dilatador.
  • Período de expulsión del feto.
  • Período de secundinación.

1.    Período prodrómico.- La cantidad de sangre en el aparato genital se incrementa, lo que ocasiona formación de edema en el canal obstétrico flácido y en la ubre. El edema produce un reblandecimiento de todos los tejidos excepto los huesos, lo que aumenta la elasticidad de los tejidos flácidos y en las articulaciones sacro-ilíacas. Esto puede observarse especialmente e la vaca, donde la porción caudal del ligamento sacro-ciático desaparece completamente 24 a 48 horas antes del parto.

La glándula mamaria aumentan de volumen, llegando casi a su máximo al final de la gestación, cambiando su contenido de leche a calostro. En la yegua se forma durante los últimos 8 días de la gestación, tapones en los conductos galactóforos. En la marrana se puede observar leche 1-2 días antes del parto­. Por la vulva salen secreciones vaginales, lo cual es el comienzo de la salida del tapón mucoso, que ha cerrado el cuello uterino durante toda la gestación. Se presentan también alteraciones psíquicas.

2. Periodo dilatador.- Se puede considerar el útero como un depósito cerrado con un punto débil: la cérvix. Debido a la influencia hormonal, la cérvix es preparada a reblandecerse cuando el contenido del útero lo prensa. Este contenido son las “bolsas de agua” (alantoides y amnios) y el feto. El período dilatador se inicia con contracciones del útero, las cuales se originan en el ápex y siguen hasta el cuerpo del útero (tipo pe­ristálticos).

Las contracciones son involuntarias, intermitentes, rítmicas y además dolorosas con periodos de descanso indoloros. El tono uterino, que es un resultado de las contracciones, no se pierde en los períodos de descanso, de tal manera que en cada contrac­ción aumenta el tono. La duración de cada contracción es pequeña al inicio del período, pero aumenta a medida que este avanza (30-100 segundos). El número de contracciones es escaso en el  inicio del período, pero se incrementan también a medida que progresa, es decir, que los intervalos entre las contracciones disminuyen durante este período, al final del mismo ayuda la prensa abdominal.

La “bolsa” alantoides genera una presión que empuja desde adentro a la cérvix, y la abre poco a poco. Después se introduce en la vagina, el vestíbulo y en la vulva, el tejido de las cuales va a soltarse por medio del efecto mecánico de la “bolsa”. Es fácil de comprender que la importancia de este procedimiento es enorme, y que es un pecado mortal de parte del obstetra interrumpir este proceso mediante una ruptura de la “bolsa”.

Al final la “bolsa” puede encontrarse fuera de los labios vulvares, donde estalla mediante una fuerte contracción, saliendo parte de los líquidos al exterior. Otras veces, la “bolsa” se rompe antes de llegar fuera de la vulva y se observa la salida de líquido.

Esto se llama “la salida de la primera bolsa de agua”. Si la “bolsa alantoides” se encuentra fuera de la vulva se observa, que la pared es delgada y azulada y que el contenido es acuoso. Al contrario, la “bolsa” amniótica” tiene una pared gruesa, dura, blanca y el contenido es mucoso.

Después de la salida de la primera “bolsa” de agua tiene lugar una fase de descanso de la madre. Durante la salida del líquido alantoideo, el útero se reduce y la “bolsa amniótica” se insinúa en la vagina con parte del feto, y el período dilatador se termina.

En el período dilatador la presentación del feto cambia. En el inicio el feto tiene los miembros flexionados, que señalan hacia la pelvis, pero mediante movimientos activos del feto estos se extienden. Esto explica, porque se encuentran más presentaciones anormales en fetos muertos, que en vivos.

El tiempo del período dilatador es difícil de indicar, ya que el inicio raramente es conocido, pero las duraciones siguientes, pueden dar una idea:

  • En la vaca:      4 – 8 horas
  • En la yegua:    2 horas
  • En la marrana: desconocido

*  La presentación del feto.- Antes de seguir con los otros períodos vamos a discutir la presentación del feto, para caracteri­zar ésta usamos tres expresiones:

  • Situación: Es la relación existente entre el eje longitudinal del feto y el de la madre. Existen situaciones longitudinales (anterior y posterior) y situaciones transversales.
  • Posición: Es la relación existente entre el dorso del feto y el de la madre. Existen posiciones: superior, inferior y laterales.
  • Actitud: Es la postura en que se halla una parte móvil cualquiera del feto, es decir, la cabeza y las extremidades, con relación al tronco del mismo. En la última parte de la gestación el feto de la vaca es normalmente torcido hasta 90° lateral, mientras que el feto de la yegua se encuentra frecuentemente en posición inferior. En el período prodrómico las posiciones se cambian a posición superior. Es decir, que el feto se presenta normalmente en posición superior, en situación longitudinal (anterior o posterior) y en actitud extendido para la expulsión (Fig. 3 y 4).

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Fig. 3

3. Período de expulsión del feto.- En este período las con­tracciones aumentan, especialmente las de la prensa abdominal. La “bolsa amniótica” estalla, generalmente dentro del aparato genital, pero algunas veces fuera de la vulva, el contenido de la bolsa engrasa al feto y facilita su salida. Cuando el feto se encaja en la pelvis les reflejos inducen grandes contracciones y por medio de estas el feto es empujado. Las contracciones son muy grandes cuando entran en la pelvis las partes grandes del feto (la espalda y el tren posterior). En la marrana es típico el movimiento de la cola, cuando el feto entra en la pelvis. Durante este periodo es bastante común que la madre se recueste. El periodo se termina cuando el feto sale del tracto genital.

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Fig. 4

A la exploración vaginal en este período, normalmente se encuentran las pezuñas, los miembros y el dorso del feto. Es necesario recordar, que la introducción del brazo en la vagina produce los mismos reflejos, que produce el feto al entrar en la pelvis.

El tiempo que sobrevive el feto en el útero es muy variable, en la vaca y en los rumiantes pequeños se considera un tiempo de 4 -10 horas después de la salida de la primera “bolsa de agua”, en la yegua ½ – 2 horas. En el caso de la marrana los lechones pueden sobrevivir varios días. Generalmente la sobrevivencia es un poquito más corta en la situación longitudinal posterior que en la anterior. Cuando el feto está en el canal genital, fijado en la pelvis, la sobrevivencia es muy corta.

El tiempo que está abierta la cérvix tiene un interés especial, este también puede variar considerablemente ­pero por lo general queda abierta alrededor de 10 horas, después va a cerrarse nuevamente, independientemente de la presencia del feto. Cuando la cér­vix está cerrada o cerrándose nuevamente, no es posible abrir­la otra vez. El tiempo promedio del periodo es:

  • En la vaca: 3 horas
  • En la yegua: pocos minutos-media hora
  • En la marrana: varias horas

4. Período de secundinación.- Después de la expulsión del feto viene un reposo durante el cual el animal se tranquiliza. Las contracciones del útero continúan, algunas veces apoyado de la prensa abdominal y de esta manera se suelta la placenta mecánicamente. El tiempo promedio de duración de este período es:

  • En la vaca:     hasta 10 horas
  • En la yegua:    15-30 minutos
  • En la marrana: junto con la expulsión de los fetos.
  • En los pequeños rumian­tes: Hasta 4 horas cuando hay un feto, algunas horas después de la salida del último fe­to, cuando hay varios.

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Optimizando el uso del semen sexado

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El semen bovino se debe descongelar a 35°C durante 45 segundos. Si esta temperatura no es exacta, una descongelación inadecuada puede afectar la calidad y viabilidad del semen.


Por: JODEE SATTLER (Estados Unidos)

Durante la segunda mitad del siglo XX (aproximadamente de 1955 a 2005), el rendimiento reproductivo del ganado lechero disminuyó considerablemente. Una variedad de factores –desde una mayor producción de leche, hasta una mayor endogamia y una nutrición inferior a la óptima– pueden haber contribuido a este retroceso.

Fisiólogos reproductivos, genetistas y otros expertos colaboradores de la industria láctea, algunos de ellos fueron convocados por el Consejo de Reproducción del Ganado Lechero de los Estados Unidos (DCRC, por sus siglas en inglés) para revertir esta tendencia negativa de la reproducción.

Durante la Reunión Anual del DCRC de 2022, el Dr. Paul Fricke, profesor de reproducción de ganado lechero de la Universidad de Wisconsin y especialista en Extensión, describió la “reversión”, es decir este gran cambio que comenzó en 2002, como una «revolución en la reproducción».

«El espectacular aumento de la reproducción se ha producido durante la última década (más o menos)», decía Fricke.

Si bien la mejora de la genética, la nutrición y los protocolos de manejo ayudaron a mejorar la reproducción del ganado lechero, la adopción de programas de fertilidad, como la inseminación artificial programada (IAT) y la resincronización de la ovulación (resincronización) después de un diagnóstico de falta de preñez, jugó un papel importante en el aumento del rendimiento reproductivo. Además, combinar los programas de fertilidad con nuevas tecnologías para la detección del estro, basadas en sistemas de seguimiento de la actividad, ayudó eficazmente a lograr mejores tasas de preñez.

Estrategias que conducen al progreso reproductivo

Durante esta revolución, el rendimiento y la economía del semen sexado mejoraron. Sin embargo, el rendimiento del semen sexado todavía está por detrás del rendimiento del semen convencional. El uso de semen sexado aumenta el progreso genético en los rebaños lecheros a través de una mayor intensidad de selección de madres (Khalajzadeh et al., 2012).

Otras estrategias incluyen pruebas genómicas o de pedigrí para identificar novillas y vacas genéticamente superiores, el uso de semen sexado para inseminar novillas lecheras genéticamente superiores y vacas lactantes equilibradas para las necesidades de reemplazo (Weigel et al., 2012) y el uso de semen de bovino de carne para inseminar novillas con méritos genéticos bajos y vacas para producir terneros cruzados con mayor valor en el mercado de la carne (Ettema et al., 2017).

«Esto ha llevado a una tendencia en rápida evolución a utilizar semen Holstein sexado, semen Holstein convencional y semen de bovino de carne convencional para inseminar hembras Holstein en los Estados Unidos», decía Fricke.

Mejorar la fertilidad con semen sexado

Dado el importante papel del semen sexado para ayudar a los productores lecheros a “dimensionar correctamente” sus hatos y capitalizar la mejor genética del rebaño, Fricke centró su presentación en estrategias de manejo para mejorar la fertilidad del semen sexado en novillas no lactantes y vacas lecheras lactantes.

Fricke explicó que las novillas no responden favorablemente a los protocolos de sincronización basados ​​únicamente en GnRH y PGF2α, como Ovsynch. La “clave” es incluir un inserto de progesterona intravaginal controlado (CIDR) durante el protocolo. Esta práctica evita que las novillas muestren estro hasta que se retira el inserto CIDR, lo que aumenta la sincronía con el protocolo.

La DCRC recomienda el protocolo CIDR-Synch de 5 días (https://www.dcrcouncil.org/protocols) para novillas lecheras. Fricke observó que del 27% al 33% de las novillas presentan estro >24 horas antes de la IAT programada con el protocolo CIDR-Synch de 5 días. «Esto hace que la detección del estro durante el protocolo CIDR-Synch de 5 días sea un requisito para lograr tasas de concepción aceptables», comentó.

Lauber et al. (2021) condujeron una prueba de campo para comparar programas de manejo reproductivo para el envío de novillas Holstein a su primera inseminación con semen sexado. Los investigadores evaluaron:

  • CIDR5 (sincronización CIDR de 5 días)
  • CIDR6 (sincronización CIDR de 6 días)
  • EDAI (la PGF2α en el día 0 fue seguida por una detección de estro una vez al día [detección visual de la eliminación de tiza de la cola y otros signos] e IA)

El equipo de investigación concluyó que, aunque retrasar el retiro del dispositivo CIDR 24 horas en un protocolo CIDR-Synch de cinco días suprimió la expresión temprana del estro antes de la IAT, retrasar la eliminación del CIDR 24 horas tendía a disminuir la preñez por inseminación artificial (P/IA) en novillas inseminadas con semen sexado.

Además, el sometimiento de las novillas a un protocolo CIDR-Synch de cinco días para la primera IA tendió a aumentar el P/IA y a disminuir el costo por preñez en comparación con las novillas EDAI. Fricke explicó que la disminución del costo por embarazo se debió a la disminución de los días de alimentación. Además, esta disminución del costo cubrió con creces el costo del protocolo CIDR-Synch de 5 días y resultó en una disminución general de $17 en el costo por preñez, en comparación con las novillas inseminadas al estro, después del tratamiento con prostaglandinas.

Momento de la IA: semen sexado versus semen convencional

¿El momento óptimo de IA es diferente para el semen sexado en comparación con el semen convencional? Parece que la respuesta es «sí».

Bombardelli et al. (2016) evaluaron el uso de semen sexado en vacas lactantes con un sistema de monitoreo de actividad en vacas Jersey a IAT en función del aumento de actividad. En general, la P/IA usando semen sexado fue mayor para las vacas Jersey inseminadas entre 23 y 41 horas después del inicio de la actividad, lo cual es más tarde que el momento óptimo para el semen convencional de cuatro a 12 horas (sistema radiotelemétrico) después del inicio de la actividad de pie. (Dransfield et al., 1998) u ocho a 16 horas (sistema de monitoreo de actividad) después del inicio de la actividad (Stevenson et al., 2014).

«La inseminación posterior de vacas de alta producción utilizando semen sexado puede ser óptima para las vacas inseminadas en celo», dijo Fricke. Esto se debe a que la ovulación ocurre más tarde en relación con el inicio del estro en vacas de alta producción a medida que aumenta la producción de leche cerca del momento del estro.

Programa de fertilidad: sincronización óptima de la IA con semen sexado

¿Cuál es el momento óptimo de la IA utilizando semen sexado cuando el intervalo entre el momento de la IA y la ovulación se controla mediante un programa de fertilidad en el primer servicio? Para abordar esta cuestión, Lauber et al. (2020) sometieron a vacas primíparas a un protocolo Doble-Ovsynch para el primer servicio que incluía un segundo tratamiento con PGF2α 24 horas después del primero en la parte del protocolo de reproducción-Ovsynch como lo describen Brusveen et al. (2009).

El último tratamiento con GnRH (G2) varió entre tratamientos y IAT. Para variar el intervalo entre G2 y TAI, las vacas fueron asignadas al azar a dos tratamientos para recibir G2 16 (G2-16) o 24 (G2-24) horas antes de TAI, que se fijó en 48 horas después del segundo tratamiento con PGF2α del programa de reproducción. -Porción Ovsynch del protocolo Double-Ovsynch.

El equipo de investigación encontró que las vacas G2-24 tenían menos P/AI que las vacas G2-16 a los 34 ± 3 días (44% vs. 50%) y 80 ± 17 días (41% vs. 48%) después de la IAT. La pérdida de preñeces y la proporción de sexos fetales no difirieron entre los tratamientos. La inducción de la ovulación más temprana en relación con el IAT después de un protocolo Doble-Ovsynch disminuyó la P/AI en vacas Holstein primíparas, mientras que la pérdida de preñez y la proporción de fetos femeninos no difirieron entre los tratamientos.

Estrategia de inseminación de primer servicio

En un estudio de campo, Lauber et al. (2022) incluyeron 742 vacas Jersey en lactancia, que fueron asignadas al azar según el número de etiqueta auricular y dentro del paridad para su presentación, ya sea al primer servicio después de un protocolo Double-Ovsynch (DO) o a un protocolo para la sincronización del estro con detección del estro dos veces al día (EDAI) utilizando semen Jersey sexado.

¿Los resultados? La media de días desde PGF2α (día 24) hasta IA fue mayor para las vacas EDAI que para las DO, mientras que la proporción de vacas inseminadas fue mayor para las vacas DO que para las EDAI (100% vs. 75%). “Así, el 75% de las vacas en el tratamiento EDAI fueron detectadas en estro e inseminadas, mientras que el 25% de las vacas no fueron detectadas en estro y fueron sometidas a IAT después de un protocolo Ovsynch para el primer servicio”, informó Fricke.

En pocas palabras: este estudio encontró que las vacas Jersey lactantes sometidas a un protocolo DO para IAT en el primer servicio tenían más P/AI para semen sexado y de carne que las vacas inseminadas después de la sincronización del estro.

 

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